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Filosofía y crítica de la ciencia: Qué es un paradigma febrero 26, 2014

Posted by recaredus in Ciencia y Filosofía, Crítica de la ciencia, Curso, Materiales, Uncategorized.
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Las Ideas y su desarrollo

Propósito:

Analizar qué es un “Paradigma Científico” y comprender de qué manera los paradigmas juegan un papel en el avance de la ciencia.

Desarrollo:

¿De dónde vienen las ideas? En la actualidad, cuando el científico aficionado casi se ha extinguido, principalmente contribuyen con nuevas ideas aquellos que han sido entrenados formalmente (y muy rara vez, educados) en una disciplina particular. Hay al menos dos implicaciones de este hecho. (1) Los individuos gastan gran cantidad de tiempo en aprender las leyes y métodos de su disciplina particular. (2) Estos individuos tratan de ser más inteligentes, al menos como se les mide por los métodos ordinarios de prueba. Aproximadamente el 10% de los individuos en un campo determinado contribuyen con más de la mitad de las publicaciones científicas. Aproximadamente la mitad de los Doctores publican al menos un solo artículo durante su carrera, aquellos sin grado de Doctor  difícilmente publicarán alguna vez. Aunque los artículos publicados usualmente no contienen nuevas ideas, su publicación es casi siempre necesaria para comunicar alguna. El material no publicado, no importa que tan original sea, no tiene oportunidad de influir en la dirección de la ciencia.

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Hay algunas características personales que parecen distinguir aquellos científicos más creativos de los menos creativos. Los científicos creativos tienen un amplio rango de intereses, que pueden variar sobre toda la experiencia humana. Lo que a veces se señala como estrechez de miras, no es más que poca sociabilidad, una escasa tolerancia a lo trivial, o intereses fuera de lo común- Los científicos creativos pueden tolerar la autoridad, pero definitivamente no la animan.   Así, tienen a menudo problemas con las figuras de la autoridad.

La observación y las encuestas que se han hecho entre los científicos convienen en por lo menos una característica importante de la personalidad de los científicos creativos:  son independientes.  Sin embargo, un equipo puede ser útil si los miembros se estimulan mutuamente proporcionando diversas visiones e información que cada uno puede entonces integrar para su trabajo.

Desde lejos, la ciencia se ve no como descubrimientos que fluyen suavemente de lo que está «allá afuera»;  hay comienzos falsos, períodos del estancamiento y controversias importantes, así como grandes saltos adelante.  Dentro de los progresos principales, hay innumerables movimientos, retrocesos, corrientes y contracorrientes más pequeños.  Aunque pueden ser fascinantes estos pequeños movimientos, no haremos caso de ellos;  cualquier historia detallada requiere volúmenes; y nosotros sólo tenemos unos párrafos.

Los comienzos de la ciencia en su sentido moderno pueden ponerse en uno de los muchos eventos que ocurrieron a lo largo de muchos siglos, con casi igual precisión. Podemos usar el año 1210, cuando la Física de Aristóteles llegó a ser bien conocida para ser prohibida en París; o 1245, cuando era exigido el conocimiento de Aristóteles para obtener el grado de Maestro en la Universidad de París. Algunos consideran que fue un período crítico para la ciencia los primeros contactos entre Europa Occidental y el Mundo Musulmán en la sangrienta invasión del año 1097 que culminaron en la seducción de los bárbaros occidentales por una combinación de conocimiento griego y árabe. Leonardo da Vinci (1452-1519) puede también ser identificado como uno de los padres de la ciencia.

De todos modos, a mediados del siglo 16,  ocurrían progresos muy importantes.  En 1543 Vesalius y Copérnico publicaron sus importantes trabajos sobre anatomía y astronomía, respectivamente.  El siglo 16 produjo una inundación de nuevos conceptos y resultados.  Muchos historiadores ven el siglo 18 como opaco para la ciencia, pero esto sólo si se compara con los siglos 17 y 18.  Los historiadores prestan atención a las áreas científicas más fructíferas del siglo 17 como la astronomía (Galileo y Kepler) y la física (Galileo y Newton);  sin embargo, la biología también hizo grandes progresos (Harvey y Leeuwenhoek).

Para el siglo 19, la ciencia adelantaba en casi todas las áreas. La consideración de la historia de la ciencia nos trae algunas conclusiones tentativas. Primero, hay muy pocos ejemplos de contribuciones aisladas.  El estímulo a otros es importante en la generación de ideas y los nuevos conceptos tienden a ser agrupados en períodos de tiempo, como se habla de los siglos 17 y 19, y en grupos donde la comunicación es relativamente fácil, como Europa y Grecia. Segundo, hay algunas cosas acerca de una cultura en particular y su forma de pensamiento que puede facilitar o retrasar el desarrollo científico.

Por organización, podemos dividir el desarrollo de nuevos conceptos en cuatro etapas: (1) Surge un problema relacionado con un concepto aceptado y ese problema debe ser evidente. (2) Los científicos involucrados tienen suficiente conocimiento en esa área. (3) El concepto previamente aceptado, es reformulado o un nuevo concepto lo sustituye. (4) El nuevo concepto debe desarrollarse de manera saludable.

La importancia de las soluciones provisionales y múltiples

De modo realista, todas las soluciones científicas son soluciones provisionales. Las soluciones con las que estamos comprometidos por el momento son aquellas conocidas por ser incompletas o inadecuadas cuando se les expone. Un científico necesita mucha información sobre un problema particular en orden a formular un nuevo concepto significativo. Por supuesto, esta información no lleva necesariamente a nuevo concepto.

Charles Darwin tuvo que adquirir una gran cantidad de conocimiento antes de que formulara el marco de su revolucionaria hipótesis. Se familiarizó con un amplio rango de evidencias de diferentes ciencias como la biología, la geología y la paleontología. Es decir, Darwin, como otros innovadores, estaba parado sobre los hombros de sus predecesores y contemporáneos. Ellos pusieron parte de las bases relativas a la evidencia alrededor del problema de las especies. Además, Darwin fue un excelente y cuidados observador y tuvo la oportunidad de realizar muchas observaciones originales a lo largo de su viaje de cinco años abordo del Beagle. Aunque no llegó a la presentación formal de su teoría sino después de 20 años, su fundamentación e inmersión en el problema, fue básica para la formulación de la nueva hipótesis.

La tercera etapa en el desarrollo de conceptos tiene que ver con la sustitución de los viejos esquemas conceptuales por otros nuevos, o la reformulación de los ya aceptados. La mayoría de las innovaciones científicas son el producto de muchas mentes. En el caso de la hipótesis de la evolución hubo muchas pistas anteriores, incluyendo varios relativamente bien desarrollados sistemas anteriores al de Darwin.

Para 1809 Lamarck propuso una teoría de la evolución que pudo servir como trampolín para una investigación más profunda. Wallace tenía una teoría de la evolución que se acercaba mucho a la de Darwin y que de hecho la posición de Darwin se presentó originalmente en conjunto con la de Wallace. Hubo otros varios científicos y filósofos de la naturaleza de principios del siglo 19 que tenían una amplia variedad de hipótesis acerca de la evolución. En el “Esbozo Histórico” que acompañaba el Origen de las Especies Darwin menciona a 22 escritores del siglo 19 que tenían varios tipos de teorías evolutivas en diversas fases de desarrollo.

¿Por qué entonces se llegó a considerar a Darwin como el principal foco en el desarrollo de la teoría de la evolución? ¿Qué había en la teoría de Darwin que llevó a la repentina muerte de la teoría de la creación especial? ¿Por qué tuvo tan fuerte impacto la presentación de Darwin cuando había muchos otros en ese campo?

A pesar de su impacto y del hecho de que era más aceptable que los conceptos anteriores, la teoría de la selección natural de Darwin era realmente inadecuada salvo como solución provisional. Una gran parte de su desarrollo posterior vino a través del trabajo en genética

Es muy interesante que el primer trabajo de Mendel en genética fue presentado sólo a unos pocos años después de la publicación del Origen de las Especies, pero aquellos que estaban pendientes del trabajo de Mendel, fallaron en apreciar la importancia de esta teoría para la teoría de la evolución Para resumir este punto, un concepto importante no es una cosa estática. Nueva evidencia y nuevas ideas se continuarán cosechando.

Darwin reconoció el carácter incompleto de su trabajo en la Introducción del Origen de las Especies:

“Nadie debe sentir sorpresa de lo mucho que queda todavía sin explicar en relación con el origen de las especies y variedades, si se hace la debida consideración de nuestra profunda ignorancia respecto de las mutuas relaciones de los muchos seres que viven a nuestro alrededor… Aunque mucho permanece oscuro, y así permanecerá por mucho tiempo… estoy convencido de que la selección natural será la parte más importante, aunque no única, de los medios de modificación”.,

¿Cómo se admite que este concepto de la evolución deja muchos datos oscuros o inexplicados, y sin embargo es uno de los esquemas científicos más importantes hasta la fecha? Darwin ayuda a los científicos de dos maneras: da una dirección para la investigación y la identificación de algunas de las lagunas de su teoría. Una de las más útiles funciones de cualquier teoría científica es dirigir las investigaciones. La teoría de Darwin orienta un abundante trabajo, particularmente en aquellas áreas donde es obviamente débil.   Cuando el trabajo de Mendel fue redescubierto, éste no sólo llenó algunos faltantes en la teoría de Darwin, sino que en sí mismo le dio una dirección en virtud de que estaba integrado en la teoría evolutiva.

El mundo sería un lugar más ordenado si nosotros pudiéramos estar seguros de que no hay más que una sola solución para un problema particular. Desafortunadamente, en la ciencia nos enfrentamos a menudo con situaciones donde hay más de una solución posible. Cuando un estudiante pregunta “¿pero por qué es esta la respuesta correcta?” está suponiendo que realmente existe “una respuesta correcta”. Los científicos están comprometidos con aquellas respuestas que permiten organizar los datos y que son provechosas para posteriores investigaciones. Un buen ejemplo de múltiples soluciones a un problema se refiere a la naturaleza de la luz. ¿La luz es una forma de onda, está compuesta de partículas o hay otras posibilidades? La respuesta correcta para un científico depende de su uso de la luz. En algunos tipos de investigación es más útil asumir que es una forma de onda, en otros tomarla como una forma de partícula es más útil. Si la luz es “realmente” una forma de onda o una partícula todavía no tiene respuesta.

Paradigmas Científicos

Como muchos otros términos introducidos en este libro, “paradigma científico” es difícil de definir. Se refiere al complejo total de una ciencia. Incluye su lenguaje, teorías esquemas conceptuales, métodos y límites de la ciencia.  Determina qué aspectos del mundo estudian los científicos y los tipos de explicación que consideran. Lo más importante, incluye de qué manera ve el científico los datos, leyes y teorías de su ciencia. Aunque un paradigma científico contiene todos estos elementos, muchos paradigmas son identificados sólo por un concepto clave.

En la historia de cualquier ciencia, hay ocasiones en las que diferentes científicos ven el mundo a través de paradigmas en conflicto. Cuando esto ocurre hay un desacuerdo acerca de algunos de los principios básicos de la ciencia, y los científicos usan las armas de la argumentación, la identificación de hechos relevantes, intuiciones y presentación de nuevos datos en un intento por convencer a otros científicos en su campo de que un paradigma es mejor o más realista que otro. Estos conflictos muestran que los paradigmas científicos son una parte integral de la ciencia.

El concepto de paradigma científico fue introducido sistemáticamente en un libro muy informativo de Thomas Kuhn titulado La Estructura de las Revoluciones Científicas, publicado en 1962. Cuando alguien observa un fenómeno, no está viendo hechos puros que entonces puede interpretar; en lugar de eso, él ve fenómenos interpretados. Hay una gran diferencia entre decir que alguien ve un fenómeno y entonces lo interpreta y decir que alguien ve fenómenos interpretados. Esta última parece ser la correcta.

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Figura 1

Consideremos la Figura 1. Ustedes pueden ver una caja con las esquinas 1 y 2 en la esquina de abajo al frente, o puede ver una caja con las esquinas 1 y 2 abajo atrás. Estas dos maneras de ver la caja chocan, porque ustedes no pueden verlas de ambas maneras simultáneamente. (si todavía no han visto las cajas en conflicto, miren cualquier esquina; si la ven como una esquina exterior, mírenla fijamente mientras se la imaginan como una esquina interior o viceversa). El punto importante es que ustedes ven una caja, en lugar de líneas sobre el papel. No ven las líneas como de dos dimensiones, porque las ven en diferentes planos. Ustedes están interpretando mientras las observan, más que observarlas y entonces interpretarlas.

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Figura 2

Consideremos la Figura 2. Aquí probablemente ven seis áreas negras. Ahora miren las figuras interiores. ¿Ven algo? Miren el entorno blanco más que las áreas negras, así ven unas letras difíciles de ver sólo con lo negro. De esta manera ustedes lo ven como una página escrita y no como simples marcas en el papel, ustedes ven letras. Cuando miran una hoja que contiene palabras en un alfabeto extraño, pueden meramente ver marcas en el papel. Así se le presenta esta página a alguien que no sabe leer nuestro alfabeto.

Ahora veamos la Figura 3. La línea horizontal de abajo se ve más corta, ¿no es así? Y las cuatro líneas de la derecha no parecen ser completamente verticales. Sin embargo, lo que ustedes pueden ver y lo que pueden medir en estos casos es muy diferente. Las líneas horizontales son ciertamente de igual largo y las líneas verticales son paralelas.

fig 3

Figura 3

Ni en la figura 2 ni en la figura 1 pueden ustedes ver una cosa a un tiempo e interpretar otra cosa al mismo tiempo. Una interpretación es coincidentemente única una vez que el individuo aprende un paradigma científico, el mundo de esa ciencia se convierte en un mundo distinto. Él ve las cosas diferente de cómo las veía antes.

Lo que puede parecer central para su visión antes de aprender el paradigma puede ahora pasar a ser meramente un fondo o un fenómeno de segundo orden. Como en la figura 2, cuando ustedes aprenden a ver los espacios en blanco como “THE”, las marcas negras se hacen fondo. En las series de letras habrán notado que ciertas letras vienen en el alfabeto primero que otras, pero cuando ustedes aprenden el sistema, ese viene a ser un asunto irrelevante.

El escritor de un libro de texto científico tiene un problema muy difícil: él sabe el paradigma de la ciencia y está tratando de enseñar la ciencia a personas que no conocen ese paradigma. Muchos científicos piensan que todo lo que ellos tienen que hacer es presentar los hechos importantes, leyes y explicaciones, y si el estudiante aprende esto, entonces conoce la ciencia. ¡Pero no! El estudiante, antes de conocer una ciencia, debe aprender a ver los hechos, leyes y explicaciones en cierta manera –debe aprender un paradigma.

El paradigma no se puede sacar de los datos, ni tampoco de las leyes. Los científicos aceptan los paradigmas más que derivarlos. El paradigma está asociado con la forma en que un científico ve un conjunto de fenómenos.

Conocer el paradigma científico es esencial para extender la ciencia, de la misma forma en que entender la serie fue necesario para su extensión.

Consideren lo que puede ocurrir si ustedes intentan aprender un nuevo y extraño idioma. Ustedes pueden memorizar cada palabra e incluso ser capaz de hablar el idioma. También puden aprender las reglas, estructura y relaciones en el idioma. Las reglas son aprendidas lenta y dolorosamente, pero ellas llegan a ser automáticas, dando sentido a los mensajes en ese idioma.

Para ver cómo los paradigmas de diferentes ciencias pueden ser asociados con un evento singular, vamos a considerar una persona comiendo espagueti. Supongamos que un físico, un químico, un biólogo, un psicólogo y un antropólogo están viendo todos la misma situación conforme a su propio paradigma.

El físico puede ver el tenedor como un cuerpo rígido que está siendo usado como un elevador. Puede estar interesado en el problema de agarrar el espagueti con el tenedor, y puede notar que la fuerza de fricción tiene de a ser menor que la suma de la proyección de la fuerza gravitacional tangencial al plano del tenedor y la inercia del espagueti. El químico puede notar que el hombre está comiendo una harina, un homopolisacárido que resulta en glucosa cuando es completamente hidrolizada por los ácidos; puede apreciar el hecho de que la glucosa es una buena fuente de energía para el que se alimenta. El biólogo puede clasificar el espagueti, estableciendo que viene de determinada avena, o puede decir que es tragado de modo coordinado con la lengua, que inicia el peristaltismo. El psicólogo puede notar que a través de la experiencia el hombre ha aprendido a manipular hábilmente el tenedor y la cuchara (aunque a veces pierde el espagueti, causando una frustración medible), y que, debido al condicionamiento, el hombre saliva antes de que el espagueti llegue a la boca. El psicólogo también puede notar la dilatación de la pupila del que cena, indicando que el hombre disfruta el espagueti. El antropólogo puede notar que el espagueti es una fuente culturalmente aceptable de comida para ciertas subculturas occidentales y que es una parte integrante de ciertas funciones sociales, (tales como una cena de espaguetis).

Galileo explicó la limitación de la bomba de succión mediante una hipótesis ad hoc sugiriendo que una columna de agua se rompe aproximadamente a los 11.22 metros y entonces no puede succionar más allá de eso. La misma idea puede ser ilustrada por el estiramiento de una bola de chicle. Llega un punto en que se rompe. Ustedes pueden intentar estirar una gota de agua por una corta distancia tocándola en un punto y empujándola; notarán que es muy difícil porque la gota pronto se rompe. Galileo entendió que el agua se rompe por su propio peso aproximadamente a los 11.22 metros y entonces ese es el límite de la bomba.

Evangelista Torricelli, un estudiante de Galileo, se interesó en este fenómeno, y por alguna razón, no aceptó las explicaciones de Galileo. Torricelli imaginó un nuevo esquema conceptual en el que la razón por la que el agua sube en la bomba de succión se debe a que el agua se encuentra en un océano de aire y el aire empuja el agua hacia abajo. Si el aire es removido por debajo de un punto, el aire empuja hacia abajo el resto del agua forzándola por el área del que el aire fue removido. Ustedes pueden observar este mismo fenómeno poniendo un barco en un tubo de agua. El barco forza al agua por debajo de sí y el agua lo compensa subiendo por los costados del barco. La explicación de Torriccelli de por qué el agua sube sólo 11.22 metros es análoga a la del barco. El barco desplazó sólo tanta agua como su peso. El agua que sube en la bomba, sube sólo hasta su peso. Por encima del agua que subió, Torriccelli pensó, ¡tenemos un vacío! Probó su teoría como mejor a la otra. Aunque el viejo paradigma siguió el nuevo paradigma, llegó a ser la forma en que la mayoría de los científicos vieron el tema.

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Sin embargo, en las ciencia sociales, ningún esquema ha sido jamás aceptado por todos los científicos. Es la falta de paradigmas consistentes lo que lleva a algunas personas a creer que las ciencias sociales no son ciencias.

Cuando dos individuos en una ciencia miran el evento de la misma manera desde diferentes paradigmas, ellos ven simultáneamente diferentes cosas, diferentes hechos como asunto central de la ciencia. En un sentido ellos ven atrás al otro. Los autores de los libros de texto introductorios en las ciencia sociales a menudo presentan algunos hechos en un paradigma y otros hechos en otro. La presentación conflictiva lleva a los estudiantes a una confusión, quien así se hace una visión incoherente de ese campo.

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Referencias:

MCCAIN G. Y SEGAL E., The Game of Science, Brooks/Cole, Monterey, Calif., 1973. Trad. De J. Serrano y J. C. Baena. Capítulo 4.

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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El Juego de la Ciencia febrero 19, 2014

Posted by recaredus in Ciencia y Filosofía, Crítica de la ciencia, Curso, Materiales, Notas, Uncategorized.
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Objetivos:

En esta sesión, los alumnos identificarán las características que definen el conocimiento científico y lo distinguirán de otros tipos de conocimiento: hechos, datos, leyes y explicaciones.

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El Juego de la Ciencia

Imaginen que la ciencia es como un juego, como un partido, en el cual, hay jugadores, hay reglas, hay espectadores, hay árbitros… Si pensamos que la ciencia es un juego de este tipo, veremos que es importante conocer el papel de los jugadores, las reglas y las técnicas para hacer la ciencia. Así ustedes podrán aprender el juego y participar. ¿Les gustaría?

Reglas y Conceptos

Los criterios para aceptar o rechazar una propuesta como verdadera, son la lógica de los argumentos de la propuesta así como la relación de los argumentos con los datos.

Como cualquiera, los científicos pueden cometer errores o desviarse por culpa de emociones o premisas falsas, pero las reglas para sus decisiones deben estar bien entendidas. Estas reglas se han desarrollado a lo largo de siglos de esfuerzo de filósofos y científicos. Ellos han concebido y ensayado diversas aproximaciones a la ciencia.

Mientras juega el juego de la ciencia, un científico no toma decisiones basándose en la fe (puede hacer conjeturas, pero éstas quedan abiertas para su estudio); no toma decisiones por motivos de poder, ni basándose en recompensas económicas o basadas en su auto-protección. Un científico tiene que ser intelectualmente honesto. Las bases de sus decisiones como científico deben ser la observación de los eventos y el intentar explicarlos.

Las decisiones y conclusiones de un científico son validadas por los datos, pero los datos en sí mismos no son ciencia.

Tener un conocimiento no es lo que hace a un científico. Es el método por el que se busca el conocimiento el que determina si uno está jugando el juego de acuerdo con las reglas.

La verdad o falsedad de las posiciones no es crítica para determinar su estatus científico. Sólo el método por el que llegan a postularse es crítico. La aceptación de estas posturas, durante la edad media por los escolásticos no era científica, porque para ellos la verdad dependía solamente del hecho de que Aristóteles mantenía esas posiciones.

Ciencia versus Dogma

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Un científico al comunicarse con otros, tiene la tarea de convencer al oyente de la validez de sus afirmaciones en términos de los datos y su explicación. Él no estaría jugando correctamente el juego de la ciencia si busca apoyos mediante su prestigio o personalidad. Es importante para el que oye y que respeta al científico, evaluar lo que éste dice mas que aceptarlo sólo porque es él quien lo dice.

Es el sistema de explicación basado en los datos lo que distingue la ciencia del dogma. Los científicos tienen tanto el derecho como la responsabilidad de decidir por ellos mismos, sobre la base de la evidencia disponible, la mejor explicación para un conjunto de fenómenos. Por otra parte, el dogma (religioso, político, social o de otro tipo) depende de los pronunciamientos de las autoridades establecidas (por ejemplo, el dogma de que la tierra fue creada hace 4000 años). La meta del estudiante de dogma es aceptar los pronunciamientos como le han sido dados. Si el está en desacuerdo con el dogma, entonces no está jugando correctamente el juego del dogmatismo.

Las posturas teóricas de muchos científicos han sido hechas dogma por sus seguidores. Es decir, los seguidores aceptan las posturas de los científicos como verdades absolutas. Algunos de esos desafortunados científicos fueron Aristóteles, Ptolomeo, Lamarck y Freud.

Tu comprensión del juego de la ciencia puede ser ayudado por una breve descripción de los hechos, datos, leyes y explicaciones, junto con la discusión de sus similitudes y diferencias.

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Hechos y Datos científicos

Hay desacuerdo entre los científicos sobre qué constituye un hecho científico. El término es regularmente usado en al menos dos formas. Una es llamar una ley muy bien  establecida como un hecho. (Se habla de las leyes en la siguiente sección). Otra es usar el término hecho para referirse a la ocurrencia actual de un evento. Esta última será la definición usada en este libro.

El término “hecho” y el término “dato” se confunden cuando se refieren a un evento concreto. El “hecho” es la ocurrencia actual de un evento, mientras que el “dato” es registrar ese evento. En otras palabras, el dato es la representación de un hecho por cientos medios que son relativamente permanentes, dado que el hecho es algo que pasa para siempre. El dato es comúnmente registrado en una forma simbólica (palabras o números) mientras el evento es observado.

Considere las siguientes cuatro afirmaciones:

1. Hay 12 libros en el escritorio del profesor Rocha en este momento.

2. Hubo una tormenta en San Salvador ayer en la noche.

3. La temperatura exterior es de 30° Centígrados.

4. Ella viajó 462 kilómetros en carro las dos últimas veces que llenó gasolina, y en esta ocasión puso 35 litros de gasolina.

Según se ha dicho, estas afirmaciones son datos. Los eventos a los que se refieren, son hechos. En cuanto datos, están incompletos porque no definen adecuadamente a qué eventos se refieren específicamente.

De acuerdo a las definiciones que estamos usando, la siguiente lista no corresponde a actos, sino a leyes, generalizaciones o inferencias.

1. Los profesores tienen muchos libros en sus escritorios.

2. Llueve mucho en la primavera.

3. Las tardes son  calientes.

4. Su auto rinde aproximadamente 13.2 kilómetros por litro.

La principal diferencia entre estos dos conjuntos de sentencias es que el primero describe eventos individuales, mientras que el segundo conjunto describe clases de eventos. Conforme a esta definición, los hechos son eventos singulares que ocurren en un momento dado. Sin embargo, para que un evento sea admisible como un hecho científico se tienen que realizar otros criterios básicos. El primer criterio es muy importante aunque no es fácil de explicar.  El evento corresponde a una clase, en principio, más de una persona podría describirlo. Este criterio es conocido técnicamente como “probabilidad intersubjetiva”. La posición actual de muchos científicos es que nada es admisible como hecho científico a menos que se pueda probar intersubjetivamente.

Un segundo criterio para que un evento sea admitido como hecho es que se requiere un gran acuerdo entre diversas personas a la hora de describirlo. El criterio de confiabilidad se relaciona de alguna manera con el criterio de probabilidad intersubjetiva. Ésta requiere que un evento esté abierto a su conocimiento público y no sólo individual. La confiabilidad requiere que el evento sea descrito en tal forma que diferentes individuos puedan estar de acuerdo en la descripción. La fiabilidad está asociada con el criterio de precisión. Ustedes pueden describir la temperatura como caliente, pero otras personas también. La descripción de una persona como “cálido” describe una gama de temperaturas que probablemente sean similares, aunque algo distintas de lo que sería para ustedes. Pueden hacer tanto más confiable como precisa la descripción usando un termómetro y diciendo que la temperatura es de 30ºC. Al describir la temperatura de esta manera, ustedes distinguen con mayor precisión éste de otros eventos y, diferentes individuos pueden estar de acuerdo en el cuidado de la descripción.  La precisión es una de las metas de la descripción científica de los eventos.

En suma, hay tres criterios principales que se aplican a los eventos para juzgar si son admitidos como datos científicos: (1) El evento que es aceptado como hecho científico, es singular. Los Datos representaciones simbólicas de eventos particulares. Las Interpretaciones y generalizaciones dadas a esos eventos no son en sí mismas, Datos. (2) El evento debe, en principio, estar disponible para la comprobación pública. No se requiere que sea percibido por más de una persona, pero sí debe ser una clase que pueda ser percibida por más de una persona. (3) La descripción del evento debe ser tal, que diferentes personas estén de acuerdo en que el evento es como ha sido descrito, tan específicamente como sea razonable.

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Leyes científicas

¿Qué son las leyes científicas? Las leyes son proposiciones que describen diferentes propiedades que vienen unidas a un tipo de evento o en ciertas secuencias de tipos de eventos. Las leyes son descripciones de relaciones relativamente constantes entre ciertos tipos de fenómenos. No se refieren a ningún evento en particular sino a todo aquel que cumpla con las leyes definidas por la ley.

Los científicos esperan que todos los eventos tengan las propiedades necesarias para que correspondan a una ley.

Los problemas surgen para los científicos cuando un evento que se supone que obedece a una ley, no lo hace. El evento siempre es correcto. Si un evento no obedece una ley como debería, entonces es la ley la que está mal, no el evento. Debe haber errores de medición o de interpretación. Si una ley ha sido repetidamente confirmada, el científico es muy renuente a modificarla.

La discusión sobre las leyes científicas puede ser muy abstracta. Veamos algunos ejemplos. Existe una muy vieja ley científica que dice que las cosas caen. Esta ley significa que todo evento con la propiedad de la “objetualidad” se mueve en dirección al centro de la tierra cuando se le quita un soporte. Como todas, esta ley tiene aplicaciones y limitaciones. El globo de un niño si se llena de helio, no cae, sino que sube. Así que debe ponerse un cualificador. Después de mucha investigación experimental, los científicos encontraron que el “soporte”, también incluye al aire. El aire es un fluido y tiene peso. Por lo que puede soportar cualquier cosa que con un volumen dado, pese menos que el aire. Así como un barco se hunde hasta que desplaza suficiente agua que pesa tanto como él, pero no más, un globo subirá hasta que desplace aire que pesa menos que el globo.  Si el aire que lo soporta es quitado, el globo caerá. Nota que una ley científica depende de muchas condiciones, no sólo una. Continuando con el mismo ejemplo, uno puede preguntar “¿Qué pasa con las aves y los aviones? Ellos no se caen todo el tiempo”. La respuesta a esta cuestión no es tan simple, pero esencialmente nos lleva a limitar las condiciones donde se aplica la ley.  Ciertas superficies, como las alas, cuando se mueven por el aire, crean cierto vacío que, en efecto, incrementa el volumen de aire desplazado hasta que el peso del aire desplazado es comparable al objeto con alas. Así que las aves y los aviones caerían salvo porque en vuelo, sus alas generan una fuerza que contrarresta la caída.

Hay cuatro criterios que se aplican a todo postulado antes de poder aceptarlo como ley científica: (1) El postulado debe referirse a tipos de eventos y no directamente a algún evento singular. (2) El postulado debe mostrar una relación funcional entre dos o más clases de eventos («clases de eventos» se refiere tanto a cosas como propiedades de las cosas). (3) Debe haber una gran cantidad de datos que confirman la ley y pocos o ninguno que la contradicen. (4) La relación debería ser aplicable a muy diferentes eventos (aunque puede haber condiciones limitantes).

Explicaciones Científicas

Las explicaciones son el intento de desarrollar un marco en el que puedan ser vistos y comprendidos eventos y datos. Una explicación tiene que ser un esquema conceptual  que organiza y extiende los datos. Su verdad o falsedad tiene que ser demostrada.

Las explicaciones de un científico no ayudan a la ciencia a menos que él convenza a otros científicos que tiene una explicación. Al estar explicando una posición, el científico a menudo encuentra nuevos e inesperados problemas y entonces tiene que realizar un esfuerzo adicional para aclarar su posición. En orden a presentar una posición a otros, el científico tiene que evaluar objetivamente su propia postura.

La Naturaleza Pública de la Ciencia

Entre las razones principales para comunicar los descubrimientos científicos es informar a otros sobre ellos. Convencerse uno mismo y a los demás de la validez de un descubrimiento puede ser importante para el avance del conocimiento de uno mismo, pero la sociedad en su conjunto también debe informarse. Sólo después de que el conocimiento científico es comunicado a los científicos aplicados y los practicantes puede este ser empleado para el beneficio de la sociedad. También, sin una comunicación abierta y libre, la gente desperdiciaría años en investigar un mismo problema. Habría un gran desperdicio de esfuerzo y habilidad científica si un científico tuviera que andar los mismos pasos ya caminados por otros. Finalmente, sólo mediante la libre comunicación en libros y medios masivos puede el público aprender acerca del hombre y del mundo.

La Incertidumbre de la Ciencia

Aunque el científico busca comprender, no lo logra nunca completamente. El juego de la ciencia no tiene fin, todas las conclusiones son tentativas. La mayoría de los científicos están relativamente seguros de la precisión de algunas leyes y explicaciones comúnmente aceptadas, pero los científicos no tienen garantías de que así sea. La base del problema es lógica. Los filósofos de la ciencia creen que la certeza en las ciencias naturales es lógicamente imposible. Y si ningún experimento puede aportar una certeza absoluta (porque siempre existen algunas variables no controladas), nosotros no podemos saber con certeza si es verdadero.

Nosotros tenemos ciertos conocimientos. Por ejemplo, que la suma 2 + 2 = 4 se puede derivar por definiciones. Sin embargo, no sabemos con certeza que 2 manzanas puestas en una canasta, puestas junto con otras 2 manzanas, darán 4 manzanas. Nosotros estamos muy seguros que sí darán, pero no estaremos completamente seguros.

Este es un concepto difícil de comprender, pero es importante entender los límites de la ciencia. Hay dos formas para saber con certeza que una propuesta es verdadera: (1) definirla como verdadera, o (2) derivarla lógicamente de postulados que han sido definidos como verdaderos.


Bibliografía: MCCAIN G. Y SEGAL E., The Game of Science, Brooks/Cole, Monterrey, Calif., 1973. (Trad. de J. Serrano – J. C. Baena), Capítulo 3.

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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La ciencia como construcción del conocimiento (y de la realidad) parte 2 febrero 12, 2014

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Objetivos:

Con esta unidad el alumno describirá la evolución del pensamiento científico en la era moderna, así como sus características y motivaciones.

La Construcción del Conocimiento[1]

Anteriormente hemos presentado la forma en que en la antigüedad se comenzó a elaborar el pensamiento científico, en esta sesión, presentaremos las características como se ha venido dando la evolución de la ciencia en la era moderna y en la postmodernidad.

La modernidad: una representación cuantitativa de la realidad

El sistema de representación de los modernos, como ya se ha dicho, consideró como pensable y, por consiguiente, como real, sólo lo manifestado cuantitativamente. De conformidad con esto, la ciencia con sus preguntas, con su método y sus respuestas, tiene que ajustarse al lenguaje y a las leyes de las matemáticas.

1º. La ciencia es definida como un discurso crítico y progresivo para determinar en la experiencia lo que es sometible a medida y cálculo.

2º. Los problemas son formulados en términos de ¿cómo debe ser representado un fenómeno para que su ciencia sea ciencia matemática?

3º. El método utilizado por los modernos es el matemático-experimental. Para ellos no es suficiente la simple observación, pues ella está contaminada por el relativismo propio de lo cualitativo. Se trata de interrogar la realidad en lenguaje matemático y descifrar las respuestas según las leyes de las medidas y de la interpretación matemática.

4º. El resultado de la ciencia moderna fue la reconstrucción del mundo, como un conjunto de relaciones calculables entre fenómenos y de regularidades entre las variaciones de un mismo fenómeno. De esta manera el mundo de los modernos no es un mundo dado sino un mundo construido a partir de las matemáticas.

5º. El objetivo fundamental que se dieron los creadores de la nueva ciencia fue la de convertir a la realidad en «materia prima» para las diversas prácticas del hombre. El mundo dejó de ser objeto de la pura contemplación para convertirse en objeto de manipulación y transformación en función de su utilidad para el bienestar y la felicidad terrestre del hombre. Si la naturaleza sirvió a los medievales para cantar la gloria de Dios, el mundo transformado por la ciencia ha permitido cantar la gloria del hombre. Dirije tu mirada hacia donde la dirijas, verás la obra del hombre.

ciencia-modernaPero, así como la síntesis sobre la ciencia antigua necesitó de algunas aclaraciones, también aquí tenemos que hacer algunas observaciones.

En primer lugar debemos decir que la «revolución científica» de la modernidad no constituyó una ruptura repentina y violenta de la visión anterior. Esta revolución necesitó más de dos siglos para su desarrollo. Ella fue el fruto de un penoso trabajo que nada tuvo de lineal. Su historia está plagada de contradicciones, malentendidos y saltos cronológicos. Y ella fue posible gracias a la interacción de múltiples factores: no sólo al uso de las matemáticas y del método experimental, sino también a la existencia de nuevas condiciones sociales, materiales y formales e, inclusive, a la posibilidad de utilizar propuestas y esbozos teóricos de los antiguos.

La unificación de la ciencia, de la tecnología y de la técnica, fue un proceso que se inició en los siglos XV y XVI. Un grupo de artesanías llamó la atención de hombres instruidos (navegación, milicia, minería, cirugía) y los sabios comenzaron a valorar gradualmente la experiencia artesanal, para realizar la idea de la realización de experimentos controlados. De este contacto y del enriquecimiento mutuo entre el trabajo de los sabios, artesanos y artistas surgió ese saber que hoy en día llamamos «ciencia» como un enfoque de investigación de la naturaleza. Pero repitámoslo: fue fruto de un largo y paciente proceso.

Galileo Galilei, Italian astronomer

Deben darle importancia a lo anterior: la creación científica no es fruto de un día. Ella exige paciencia y trabajo en equipo. ¿Tienen ustedes paciencia y se sienten capaz de trabajar en equipo?

Por otra parte, la creación de la nueva ciencia coincidió con el trabajo de los humanistas renacentistas dedicados a redescubrir los textos de la ciencia antigua. El axioma fundamental de la mecánica, por ejemplo, según el cual «todo cuerpo conserva su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme, mientras no se lo impidan fuerzas externas», no fue el resultado del conocimiento de «datos» objetivos o de la utilización del método experimental. Todo lo contrario. Su formulación atentó, en su momento, contra el sentido común. Si se formuló, fue gracias al conocimiento de los textos de la antigua ciencia que le permitió a Copérnico destruir el cosmos geostático de los griegos; a Galileo su platonismo y experimentos mentales; a Newton la axiomatización de las leyes del movimiento; y a todos ellos, la reformulación de la filosofía corpuscular de los atomistas. Nos encontramos, pues, ante una compleja elaboración a la cual contribuyeron factores de tradiciones muy diversas y no a una lectura directa del libro de la naturaleza.

La lectura que hicieron los renacentistas de las obras científicas de los antepasados también tiene mucha importancia para ustedes. No se puede crear ciencia si se desconoce la historia de las ideas científicas. ¿Podrían decir por qué?

Como ya lo hemos dicho, la ciencia está condicionada por factores sociales, materiales y formales. Fueron muchos los factores sociales que posibilitaron la nueva representación cuantitativa de la realidad: la burguesía en ascenso que vio, muy prontamente, en una ciencia orientada al dominio de la realidad, un instrumento para acrecentar su poder económico y político; la escala de valores y el género de actividades del nuevo hombre «económico» que implicaban una superación de la dicotomía griega entre teoría y praxis, entre mente y manos; la convicción protestante que el éxito en las empresas humanas constituían un signo de predestinación; la creciente demanda social de conocimientos útiles; la nueva visión del hombre como «microcosmos operativo» en contraposición a la visión medieval del hombre como simple «microcosmos sustancial figurativo».

No se puede afirmar, para dar un ejemplo, que la síntesis de Newton se puede explicar como una superestructura ideológica del régimen burgués impuesto en la Inglaterra de 1648. Pero tampoco se puede negar que la libertad intelectual, la capacidad organizativa y los estímulos dados por el régimen y la sociedad de ese entonces a la Royal Society, permitieron esta síntesis, su éxito, su hegemonía y su significado para una definición del Siglo de las Luces. Compárese esta situación con la de Galileo y sus compañeros italianos, quienes dentro de un contexto social y religioso, dominado por la tradición medioeval, se vieron impedidos de aportar lo que ellos habrían podido aportar.

La nueva ciencia también fue posibilitada por las nuevas condiciones materiales. El progreso tecnológico y la invención de instrumentos de investigación no sólo posibilitaron la creación de la nueva ciencia, sino que incidieron directamente en la forma de pensar y de ver la naturaleza: ésta podía «desmontarse», someterse a pruebas y reconstruirse a semejanza de lo que podía hacerse con las máquinas, por ejemplo, con un reloj.

Ustedes sin duda saben que los creadores de la nueva ciencia, entre otros Newton, consideraron a Dios como un relojero.

newton

La razón, al apropiarse de la naturaleza como si se tratara de una máquina, la convertía en algo artificioso, en algo no sagrado, en algo que dejaba de ser objeto de contemplación para convertirse en un conjunto de piezas manipulables de acuerdo con el arbitrio humano. Ante esta acción «pecaminosa» del hombre, no son de extrañar las resistencias de orden psicológico y religioso que quisieron obstaculizar la marcha triunfal del método experimental.

En cuanto a los factores formales que condicionan la producción de la ciencia, es suficiente recordar, brevemente, que la ciencia moderna no hubiese sido posible sin el desarrollo del cálculo infinitesimal.

Hoy en día, acostumbrados a que las teorías cambian de la noche a la mañana, no nos es fácil imaginar lo que significó para la humanidad la síntesis de Isaac Newton. Después de veinticinco siglos de dominio de la visión de Ptolomeo, los hombres habían logrado tener una visión del universo que daba respuesta a interrogantes que durante siglos habían estado en suspenso, que llenaba vacíos, que corregía falsas perspectivas y que predecía, inclusive, la existencia de otros planetas sólo a base de cálculo. Nada de raro, entonces, que el reconocimiento de éste éxito le hubiese otorgado a la física una hegemonía sobre todo el saber, hasta ser convertida en la instancia última para decidir sobre la cientificidad de todo decir humano. Desde entonces, hasta no hace mucho, se consideró como científico sólo aquel saber que, gracias al uso del método experimental y matemático, se organizaba según el modelo de la física inercial y gravitacional. Se puede citar, como ejemplo, el caso de aquella psicología que, bajo la hegemonía de la física, decidió que nuestras ideas y sentimientos tenían que ser analizados y explicados como el resultado de una atracción al estilo de la existente entre los corpúsculos elementales o entre los grandes cuerpos celestes.

La postmodernidad: los discursos científicos

Hoy en día la ciencia es vista desde otras perspectivas, como consecuencia del desarrollo de las diversas ciencias, de las nuevas exigencias sociales y, sobre todo, de los avances alcanzados por la reflexión epistemológica sobre la forma como la ciencia construye sus objetos, sobre los múltiples métodos mediante los cuales son construidos dichos objetos, sobre la incidencia de los proyectos en la elaboración de los métodos, sobre los intereses sociales, económicos y políticos que determinan la formulación de los proyectos y, finalmente, sobre el poder de lo ideológico que contamina los intereses que acompañan necesariamente toda investigación.

La reflexión epistemológica se inició simultáneamente con la síntesis realizada por Newton. En medio del júbilo a que dio origen aquella síntesis, el empirismo inglés se planteó en forma nueva el problema del conocimiento. Su esfuerzo se dirigió a comprender el método con el que operaba la ciencia. Su reflexión los llevó a rechazar las certezas metafísicas que contaminaban la física newtoniana: el espacio y el tiempo absolutos, la armonía del universo, la constancia de la naturaleza. Su crítica a los conceptos de la causalidad y a la ley natural objetiva, redujeron la ciencia a una descripción probabilística de las relaciones entre los fenómenos que se repiten habitualmente ante los sentidos. Esta reducción contenía en germen la convicción actual de que toda teoría tan sólo es una explicación provisional y que, por consiguiente, ella no es una representación plenamente objetiva que elimine por completo la intervención del sujeto.

logoKant llevó adelante esta crítica epistemológica acentuando la participación del sujeto en la creación de la ciencia. Para él, los presupuestos conceptuales de la física -espacio, tiempo, orden de la naturaleza, leyes- adquieren necesidad y universalidad sólo sí se les conoce como estructuras a priori de la sensibilidad y del entendimiento humano. El yo kantiano, como legislador de la naturaleza» aclaraba el éxito de la revolución científica que «había podido dar» leyes a la naturaleza, gracias a no haberse restringido simplemente a registrar pasivamente el acontecer de la realidad.

La misma reacción del romanticismo contra la unilateralidad y hegemonía de la ciencia cuantitativa implicaba, en sí misma, una crítica epistemológica sobre la validez y alcance de la física: su defensa del «sentimiento de la naturaleza», su misma nostalgia de la Edad Media, su desprecio por la «medida» racional de la ciencia, su tendencia a convertir a la naturaleza en el reino de la fantasía y de las creaciones inefables, expresaban su convicción íntima de que la ciencia cuantitativa sólo es una de las perspectivas posibles que le era dado al hombre asumir frente a la riqueza significativa de la realidad.

La reflexión epistemológica se ha acentuado en este siglo. Imposible hacer un recuento de todos sus resultados. Pero sí vale la pena resaltar algunos de ellos. En primer lugar, se ha puesto en claro que la esperanza de una representación exhaustiva, y definitiva del universo físico se presenta cada vez menos realista. Citemos un texto de Einstein: «Entre todas las posibles imágenes del mundo, ¿qué lugar ocupa la que ha creado el físico? … la nitidez, la claridad y la certeza no se obtienen más que a expensas de la plenitud. ¿Que atractivos ofrece entonces el conocimiento de un sector tan limitado de la naturaleza cuando se descuida, por timidez, todo lo que resulta más complicado y delicado? ¿Merece acaso el resultado de un esfuerzo tan modesto el término orgulloso de teoría del universo con el que se le denomina?» (Ideas y Opiniones, p. 214).

En segundo lugar, la reflexión epistemológica ha permitido comprender cómo no existe «La Ciencia» ni «El Método Científico», en singular y con mayúscula y que, por consiguiente, la física y su método no constituyen el paradigma exclusivo que nos permitiría reconocer cuándo un saber es un saber científico. Hoy en día se considera, inclusive, que no se debería hablar de «las ciencias» sino de los «discursos científicos», pues al análisis, a la comprensión teórica y a la solución práctica de cualquier fenómeno deben concurrir discursos elaborados en muy diversos campos del saber. Al análisis y comprensión, por ejemplo, de la célula tienen que concurrir la física, la química, la estadística, la sociología, etc.

En tercer lugar, se ha puesto de manifiesto que el conocimiento humano es un continuo; que no existe discontinuidad entre lo natural y lo social (o cultural), mutuamente el uno influye y condiciona al otro.errar-mafalda

En cuarto lugar, hoy sabemos cómo en la práctica científica no existe nada de inmutable ni verdades absolutas, pues toda teoría es una explicación provisional y todo objeto del saber es el resultado de una construcción histórica llevada a cabo dentro de determinadas condiciones materiales (existencia de la infraestructura necesaria para la investigación), formales (desarrollo de la lógica y de las matemáticas) y sociales.

falibilismo

Actividad FC 5

Revisar con detenimiento el siguiente artículo del Dr. en Física y Dr. en Filosofía, además de ser sacerdote católico, Mariano Artigas: http://www.unav.es/cryf/conocimientofiablidadyfalibilismo.html

Hacer un breve ensayo individual (de entre 1000 y 1200 palabras) sobre los planteamientos que presenta el falibilismo para la ciencia y sus implicaciones para otros campos del conocimiento y de la vida concreta.

 Éxito:

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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[1] HERRERA D., Teoría social de la ciencia y la tecnología, UNAD, Bogotá, 1998. Capítulo1, La ciencia, pp. 5-46.

La ciencia como construcción del conocimiento (y de la realidad) febrero 5, 2014

Posted by recaredus in Ciencia y Filosofía, Crítica de la ciencia, Curso, Materiales, Notas.
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Objetivos:En continuidad con los tópicos anteriores, los alumnos definirán la ciencia como una construcción, como un proceso que se viene elaborando mediante la colaboración de mucha gente y a lo largo del tiempo, acumulando conocimientos y experiencias.

¿Ustedes creen que la Ciencia consiste en explicar la realidad, en analizarla objetivamente y describirla de manera sistemática?

Sólo en parte. Estamos acostumbrados a concebir la ciencia como el conocimiento verdadero, como el conocimiento objetivo, completo y verdadero de la realidad… pero no es así.

Como veremos en las siguientes lecturas, la ciencia es un estudio de la realidad, pero no como es en sí misma, sino como se le presenta al ser humano que la quiere estudiar y que para conocerla, necesita adaptarse y adaptar el objeto. Por eso podríamos decir que la ciencia es la descripción de la realidad conforme a los sistemas que el mismo hombre construye para poner a su alcance una realidad demasiado compleja para entenderla en sí misma.

Henri Poincaré nació en París en 1854 y murió en 1912. Fue un célebre matemático y físico, que estudió el sistema solar y la gravedad en equilibrio. Revisemos este texto:

Lectura Complementaria

¿Qué es la ciencia?

Henri Poincaré

«Es, en primer lugar, una clasificación, un modo de relacionar hechos que las apariencias separan, aunque estén ligados por algún parentesco natural y oculto. En otros términos, la ciencia es un sistema de relaciones. Ahora bien, solamente en las relaciones debe ser buscada la objetividad; sería en vano buscarla en los seres considerados como aislados unos de otros.

Decir que la ciencia no tiene valor objetivo porque no nos hace conocer más que relaciones, significa razonar al revés, puesto que, precisamente, son las relaciones las únicas que pueden ser consideradas como objetivas. Por ejemplo, los objetos exteriores para los cuales ha sido inventada la palabra objeto, son justamente objetos y no apariencias fugitivas e inasibles, porque no son sólo grupos de sensaciones, sino grupos unidos por un vínculo constante. Sólo este vínculo es objeto en ellos, y este vínculo es una relación. Por lo tanto, cuando nos preguntamos cuál es el valor objetivo de la ciencia, eso no quiere decir: «¿nos hace conocer la ciencia la verdadera naturaleza de las cosas?», sino ¿nos hace conocer las verdaderas relaciones de las cosas?» A la primera pregunta nadie osaría en responder no, mas creo que se puede ir más lejos; no solamente la ciencia no nos puede hacer conocer la naturaleza de las cosas, sino que nada es capaz de hacérnosla conocer, y si algún dios la conociera, no podría encontrar palabras para expresarla. No solamente no podemos adivinar la respuesta, sino que si nos la dieran, no podríamos comprender nada; me pregunto aún si comprendemos bien la cuestión. Entonces, cuando una teoría pretende enseñarnos qué es el calor, o la electricidad, o la vida, está condenada de antemano; todo lo que puede darnos no es más que una imagen grosera… La única realidad objetiva (que conoce la ciencia) son las relaciones entre las cosas, de las que resulta la armonía universal».

poincare

El valor de la ciencia, pp. 167-6

Lectura Complementaria

La Construcción del Conocimiento Científico

Jean Ullmo

«La ciencia busca sus objetos, los construye y los elabora; no los encuentra «hechos ya», dados en la percepción o en la experiencia inmediata. El mundo de la ciencia es una construcción; los métodos de esta construcción constituyen la primera etapa de la ciencia, pero no la más fácil.

Cualquier bachiller sabe que la física es la matematización de la naturaleza. El instrumento matemático se ejerce sobre los números proporcionados por la medida, y produce deducción y previsión. Pero queda aún por comprender cómo se efectúa esta matematización y por qué ejerce una influencia sobre los objetos que le propone la construcción realizada…

Aplicaremos aquí, desde el principio, el método primero de la ciencia; ella muestra lo que dice. No puede uno confiar en las palabras para evocar lo que se quiere en el pensamiento de los demás; hay que proporcionar al otro un procedimiento exacto para que pueda volver a hallar, por sus propios medios, lo que está en cuestión y alcanzarlo con seguridad por sí mismo.

La medida es el ejemplo más sencillo de este procedimiento. Dados (o sobrentendidos) un patrón de longitud y una regla de medición, cuando digo que esta mesa mide dos metros de largo y un metro de ancho, induzco implícitamente al que me escucha a aplicar esta regla, a repetir estas operaciones de medida proporcionadas por estos números; y me comprende porque es capaz de efectuar estas operaciones y prever sus resultados.

Hace mucho tiempo que este privilegio de la medición: regularidad, repetibilidad, ha sido percibido más o menos confusamente. Pero se ha dado un paso decisivo al comprender que es la misma medida la que define la magnitud de lo que se va a medir; esta última no preexiste a la medida, como una intuición rudimentaria lo hizo creer durante mucho tiempo. Este importante descubrimiento se ha precisado y generalizado por la noción de definición operatoria.

Una definición operatoria es una definición que entraña la descripción de un procedimiento regular para localizar, medir y, más generalmente, alcanzar e identificar el concepto definido.

La primera exigencia metodológica de la ciencia es la de no utilizar en sus enunciados más que conceptos definidos así. Toda noción introducida de este modo entraña una experiencia virtual, como anteriormente las dimensiones de la mesa. Como dice acertadamente Bachelard:

«La experiencia forma cuerpo con la definición del Ser. Toda definición es una experiencia» y con una fórmula más acertada aún: «Dime cómo te buscan y te diré quién eres»».

ullmo

El Pensamiento Científico Moderno, pp. 21-23.

Antes de pasar a otro tema haremos una revisión histórica que les permitirá ver cómo se han sucedido las principales representaciones que la ciencia se ha hecho de la realidad.

La Ciencia: Una revisión histórica

La antigüedad: una representación cualitativa de la realidad

Antiguos y medievales crearán una ciencia de carácter cualitativo. Según su representación de la realidad, sólo era pensable aquello que se manifiesta cualitativamente a través de los sentidos, a saber, las llamadas esencias universales. De aquí que:

1o. La ciencia fue definida como un conjunto de proposiciones y de razonamientos lógicos que expresaban la realidad permanente e inteligible que existe más allá de lo fenoménico, es decir, las sustancias, causa de los fenómenos observados.

2o. Los problemas planteados por esta ciencia decían relación a una pregunta fundamental: ¿Cómo debe ser concebida una determinada realidad en sí misma de conformidad con las cualidades aprehendidas por los sentidos?

3o. El método para responder al anterior interrogante estaba constituido por el doble proceso de la inducción y la deducción. Inicialmente el investigador mediante la inducción pasaba de los hechos percibidos por los sentidos a una generalización que le permitía definir la forma sustancial o la esencia de algo. Alcanzada la definición procedía, a partir de ella, a demostrar silogísticamente por deducción que los efectos observados se pueden derivar de la definición dada. De este modo, los efectos observados se explican al ser demostrados a partir de un primer principio que es su causa. Para Aristóteles todos los efectos son atributos de una sustancia y se demuestra la causa de un efecto cuando el efecto (color, tamaño, forma,, etc.) puede ser predicha como atributo de la sustancia definida. Según esto, la ciencia se reduce a un conjunto de proposiciones de sujeto-predicado y no a proposiciones que expresen relaciones numéricas, como lo pensará la ciencia moderna.

Vale la pena recordar que Aristóteles estableció una separación tajante entre física y matemática. Según él, el proceso inductivo permite distinguir tres grados de abstracción, cada uno de los cuales revela un aspecto diferente de la realidad, y constituye el punto de partida para distinguir tres ciencias: la física, la matemática y la metafísica. El objeto de la inducción física es el cambio y el movimiento de las cosas materiales; el de la inducción matemática es el aspecto cuantitativo de dichas cosas materiales; y el de la inducción metafísica, la sustancia inmaterial con existencia independiente. De acuerdo con esto, las matemáticas no podían dar cuenta de la causa de los fenómenos observados. Ellas sólo podían describir los aspectos cuantitativos; de ninguna manera explicar diferencias como, por ejemplo, la del movimiento de los cuerpos hacia arriba o hacia abajo. Los modernos, al expresar los problemas científicos en términos de relaciones numéricas entre fenómenos, superan la separación de la física y de las matemáticas y abren el camino para alcanzar la meta de la ciencia moderna: la matematización de la física con la cooperación de la experiencia.

4o. El resultado de la ciencia griega fue la representación del mundo como una suma de realidades, definidas y ordenadas jerárquicamente según el número y perfección de las cualidades de cada una de ellas.

5o. La finalidad de esta ciencia griega fue la de conocer y contemplar este mundo tal como «es», es decir, como mundo cualitativamente jerarquizado. Añadamos que los medievales utilizaron esta contemplación para cantar la gloria y grandeza del Dios Creador.

La anterior descripción sintética de lo que fue la ciencia antigua merece algunas observaciones.

En primer lugar, se debe admirar el esfuerzo de estos pensadores para compaginar los datos de la observación sensible con los principios lógicos que defendían y con la concepción racional de un mundo visto antropomorficamente en una forma tan coherente y funcional como el que, siglos más tarde, defenderá la modernidad. En verdad los «errores» imputables a esta visión los encontramos allí donde, al no respetar los datos de los sentidos o al darles un alcance que no tenían, fueron lógicamente incoherentes con su axiomática. Un ejemplo lo encontramos en el escritor escolástico que razonaba contra Galileo de la siguiente manera: «Las creaturas que se mueven tienen miembros y músculos; la tierra no tiene ni miembros ni músculos. Luego no se mueve. Saturno, Júpiter, el sol, etc., son puestos en circulación por los ángeles; por lo tanto, para que la tierra circulase debería tener un ángel en su centro, y como en el centro de la tierra no hay más que demonios, tendría que ser un demonio quien prestara a la tierra su movimiento».

Por otra parte, en la elaboración de su ciencia los griegos fueron llevados a formulaciones teóricas cuya fecundidad se puso de manifiesto en la modernidad. Citemos algunas de ellas.

Los griegos fueron los creadores del conocimiento deductivo. En efecto crearon las matemáticas como un sistema de conocimiento deductivo en lugar de una técnica para medir y contar. Por otra parte definieron como objeto de la reflexión filosófica la investigación de la naturaleza del conocimiento humano y, sobre todo, buscaron una explicación de los fenómenos naturales independientemente de los mitos y la magia. Consideraron que ciertos saberes se podían desarrollar sistemáticamente como cuerpos coherentes de conocimiento: la matemática, la astronomía como algo diferente de la astrología, la anatomía y la fisiología como algo nuevo frente a la medicina práctica; la botánica como algo diferente a la «farmacia» y a la agricultura.

Los presocráticos, de manera especial los pitagóricos, desarrollaron fecundos conocimientos geométricos y refinadas técnicas de cálculo. A Platón se le debe el proyecto de geometrización de la materia y del espacio; la exigencia de salvar los «fenómenos» mediante modelos abstractos; el desprecio por las evidencias inmediatas en nombre de un idealismo matemático; la decisión de someter el confuso mundo de los fenómenos al concepto de ley racional, convirtiendo esta decisión en el principio universal del orden y de la armonía.

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No es exagerada la afirmación según la cual, el saber de los modernos se deriva del nexo establecido por Platón entre Physis (naturaleza) y Nomos (ley). Kepler, Galileo y Newton, entre otros, reconocieron explícitamente su deuda con el platonismo. No se puede, tampoco, pasar por alto, cómo simultáneamente con la visión cualitativa del mundo, en Grecia se hizo presente, con Leucipo y Demócrito, la posibilidad de pensar matemáticamente a la naturaleza: ellos renunciaron a pensar los fenómenos como efectos de una intencionalidad; establecieron la distinción entre impresiones subjetivas y mundo objetivo; redujeron la experiencia variable de lo real a datos homogéneos; recurrieron a modelos explicativos de carácter mecánico para explicar la estructura de la materia y sus distintos comportamientos. Los atomistas fueron los primeros en «deshumanizar» el cosmos, al suprimir todo índice de subjetividad en la explicación de la naturaleza.

Se debe recordar, igualmente, cómo el intento de los atomistas de descomponer mentalmente los mecanismos naturales para reconstruirlos según hipótesis y de excluir dioses y fuerzas ocultas, fue vivido como liberación del miedo a lo desconocido y como el alcance de una sensación de seguridad y felicidad, tal como lo vivirán un buen número de pensadores en los siglos XVIII y XIX. Mencionemos, por ejemplo, un texto de Epicuro:

«No es posible disolver los temores nacidos con respecto a lo que es más importante, ignorando lo que es la naturaleza del universo, sino viviendo en sospechoso temor por los mitos. No es posible, pues, sin el estudio de la naturaleza, tener alegrías puras» (Máximas, Cap. XII).

En relación con el método experimental y la tecnología, se encuentran también elementos valiosos entre los griegos, los cuales jugaron su papel en la creación de la ciencia moderna.

En Arquímedes se da una acentuada convergencia entre técnica, experiencia y ciencia matemática, que lo colocó en los umbrales del método experimental moderno. No hay duda que el redescubrimiento de Arquímedes posibilitó el nacimiento de la mecánica y del cálculo infinitesimal.

El método experimental no le fue totalmente desconocido a Aristóteles. Recuérdese, por ejemplo, su trabajo investigativo en morfología y fisiología de los animales. Es cierto que el método experimental moderno se caracteriza por proceder con hipótesis que se modifican y corrigen a medida que se obtienen los datos experimentales, mientras que en Aristóteles la hipótesis «presupone» el resultado. Sin embargo, no se puede olvidar que el filósofo griego buscó siempre documentar en los datos de la experiencia, la imagen de una realidad en la cual la belleza, la finalidad y el orden, convergen armónicamente en un todo orgánico.

Hechas las observaciones anteriores surge una pregunta:

¿Por qué los griegos, creadores de las matemáticas y de la geometría, no las utilizaron para una cuantificación de las relaciones entre los fenómenos? ¿Cómo lo explicarías?

Se discute, aún hoy en día, sobre este interrogante. Sin embargo, es indudable que una de las causas fue su contexto social en el cual se daba una separación radical entre teoría y praxis, entre mente y manos, entre «episteme» y «tekhné», entre el «ciudadano libre» llamado a la contemplación y al ejercicio de la política y el «hombre no libre» llamado a resolver con su trabajo manual las urgencias inmediatas de la vida de los ciudadanos: pan, techo y vestido.

Añadamos otra causa: la aplicación platónica del cálculo -«ciencia de lo sublime»- sólo a la sublimidad de los astros, entendidos como entes ideales. Geometría, astronomía, la música y sus procedimientos técnicos, fueron considerados como ciencias especulativas, ejercicios del pensamiento «dialéctico», destinados a iniciar al alma en el conocimiento de las ideas supremas y no como instrumentos para transformar el mundo, para hacer cuentas, para trazar una ciudad, para construir un templo… Estamos en los orígenes de la ciencia occidental. Por consiguiente, no nos podemos maravillar ante sus vacíos y limitaciones.

cualitativa

Nos encontramos a principios del siglo XXI. ¿No te sorprendes ante tanta gente que madruga para leer el horóscopo en el periódico, porque cree más en la astrología que en la astronomía? ¿Qué opinarías acerca de esto?

Actividad  FC Tema 4
Habla con tus compañeros de escuela, de trabajo o vecinos y plantea la siguiente pregunta: a) ¿Cómo puedes saber que es verdad lo que conoces? Reporta las respuestas (Al menos tres). b) ¿Alguna persona te habló de recurrir a una fuente de verificación, como por ejemplo: buscar la opinión de un especialista, leer un libro, experimentar, observar con atención, etc…? c) Explica de qué manera se relacionan esas respuestas con lo que plantean Poincaré y Ullmo. d) Cómo puedes explicar con tus propias palabras el hecho de que en la Antigüedad se dio una representación cualitativa de la realidad y reflexiona si de esa modo (explicación cualitativa) era la realidad en sí misma. Entregar esta actividad por escrito en archivo de word.

 Éxito:

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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