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Filosofía de la ciencia: Ciencia y Ética marzo 27, 2014

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Ciencia y Ética

Objetivos:

En esta sesión nos proponemos fundamentar la ética de la ciencia. El alumno será capaz de argumentar la importancia y necesidad de la ética en la ciencia. También analizará las razones por las que toda actividad científica exige una toma de posición, un juicio ético, por parte del investigador.

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Es común escuchar hablar de “ética”, sin embargo, esta palabra no siempre es bien entendida y mucho menos aplicada. Para evitar confusión, este término necesita una definición.

La ética es una ciencia filosófica, que estudia cuáles son los mejores medios para alcanzar la perfección integral del ser humano y de sus instituciones. Es una ciencia porque posee un método propio y es filosófica porque se rige por la búsqueda de la última causa de la moralidad de los actos humanos.

La ética es una ciencia práctica, puesto que lo importante no es saber qué es lo correcto sino en vivir conforme a esa verdad. De ahí la preocupación de la ética por aclarar de qué manera cada disciplina, cada oficio y cada ciencia debe cumplir con su misión de promover la perfección integral del ser humano y sus instituciones.

Llamamos juicios éticos a aquellas afirmaciones que hablan sobre lo correcto/debido/bueno y lo incorrecto/indebido/malo. Hacemos con frecuencia este  tipo de juicios, sin embargo, lo hacemos de manera intuitiva, sin una formación ética y sin las bases y métodos apropiados. Por ejemplo, se dice que es bueno dar limosna a los necesitados, pero las razones para hacerlo pueden no ser claras: para algunos es por ayudarles en su necesidad, o para “ganarse el cielo” y algunos se opondrán argumentando que dar limosnas es hacer de los mendigos, parásitos que nunca van a dejar de vivir a costa de otros.

Cada vez que pensamos las razones para hacer o evitar ciertas conductas, por razones del deber o morales, estamos haciendo juicios éticos.

Por otra parte, hay comportamientos y juicios que no requieren un juicio ético por que no poseen un carácter de deber moral. Por ejemplo, comer un helado, no es ni bueno ni malo, ni se puede decir que alguien lo deba comer o no, por razones del deber. Lo mismo ocurre con la ciencia, en principio no tiene un carácter ético el hacer un experimento o dos; o en probar la aerodinámica de un avión. No obstante, anteriormente estudiamos el caso del Ántrax y nos preguntábamos qué determina si los científicos hacen el bien o el mal, si utilizan su conocimiento para construir o para destruir.

La relación entre ciencia y ética es muy compleja. Todas nuestras actitudes, y creencias están completamente condicionadas por el contexto cultural e histórico, por el lugar y tiempo en que vivimos así como por el estado de la ciencia y la técnica que están a nuestro alcance. Todo ello condiciona tanto nuestro sentido de la ética como la finalidad por la que hacemos ciencia.

Los científicos han hecho muchos descubrimientos que son directamente relevantes al comportamiento humano; pero aunque muchos creen que los conceptos científicos, como no son comportamientos, son éticamente neutrales, en realidad los métodos, el lenguaje, los fines y resultados de la ciencia están éticamente determinados.

A eso se dedica el ensayo del famoso filósofo alemán Karl-Otto Apel titulado El a priori de la comunidad de comunicación y los fundamentos de la Ética: El problema de una fundamentación racional de la ética en la era de la ciencia[1], que vamos a comentar a continuación.

Karl Otto Apel Nació en 1922. Es uno de los más importantes filósofos vivos del mundo, su obra está dedicada a la doctrina denominada “Comunidad Ideal de Comunicación”. Según Apel, se requiere construir una sociedad fundamentada en la ética, cuyo objetivo principal es la honestidad y la transparencia del diálogo entre los ciudadanos.

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«LA PARADÓJICA SITUACIÓN DEL PROBLEMA

Quien reflexione sobre la relación entre ciencia y ética en la moderna sociedad industrial, que se extiende a todo el planeta, se ve enfrentado -a mi juicio- a una situación paradójica. Efectivamente, por una parte, la necesidad de una ética universal -es decir, obligatoria para la sociedad humana en su totalidad- nunca fue tan urgente como en nuestra era; en la era de una civilización unificada a nivel planetario por las consecuencias tecnológicas de la ciencia. Por otra parte, la tarea filosófica de fundamentar racionalmente una ética universal nunca pareció tan difícil -e incluso, desesperada- como en la era de la ciencia; y precisamente por eso, porque en esta época la idea de validez intersubjetiva está también prejuzgada por la ciencia: por la idea científica de una «objetividad» normativamente neutral o no-valorativa»[2].

Apel nos alerta de la posibilidad de usar los adelantos científicos para producir armas de destrucción masiva, para desplazar, exterminar y someter a pueblos enteros. También por la destrucción y muerte del planeta por la contaminación, resultado de la creciente industrialización.

«Estas pocas observaciones bastarían para esclarecer el hecho de que los resultados de la ciencia representen un desafío moral para la humanidad. La civilización científico-técnica ha confrontado a todos los pueblos, razas y culturas con una problemática ética común, sin prestar consideración a las tradiciones morales culturales, propias de cada grupo»[3].

“Como reconoció Francis Bacon, sólo la renuncia a valorar teleológicamente los procesos naturales posibilita una ciencia, cuyos resultados sean experimentalmente comprobables y, por tanto, también técnicamente aprovechables. (Con ello, nos encontramos ante aquella relación epistemológica sujeto objeto, para la cual el mundo está dado como un conjunto de hechos no valorados; por tanto, el concepto de ser ya no implica el de lo bueno o el de lo debido, en oposición a la ontología teleológica de Aristóteles. p. 360. La parte central del problema señalado por  Apel es que la ciencia, según se le ha concebido, parte de la creencia de que el mundo está allí simplemente. Es decir, es una cosa… como un árbol y una piedra. Pero en realidad el mundo no es una cosa inerte.

Por una parte, la filosofía aristotélica concibe al mundo como una realidad en camino de realización.

Las palabras “realidad” y “realización” tienen una raíz común. Realizarse es hacerse-real. ¿Puede la realidad hacerse real? ¿Acaso no era real?

Realizar y realizarse significa que las cosas que ya están allí, pueden ser mejores, más plenas, más perfectas. Es una camino teleológico, es decir, que persigue una finalidad. Su finalidad es mayor perfección.

Por otra parte, el Método Científico Alternativo que le proponemos en esta asignatura  exige que el científico se vea a sí mismo como testigo de la realidad. Inicialmente un testigo es un espectador, pero su papel como testigo  consiste en dar cuenta de lo que presenció. Todo espectador mezcla sus emociones con su relato de la realidad, así, es imposible que el testimonio de un testigo sea la mera repetición de los hechos. Es por necesidad la interpretación de esos hechos.

El científico es un testigo que interpreta la realidad conforma a su formación, su cultura, sus creencias y su personalidad, así los hechos científicos no son meras cosas, digamos realidades, sino interpretaciones y por lo tanto están cargadas de una cierta axiología[4].

Por eso, Apel critica a filósofos como Karl Popper: «No basta indicar con Popper y en contra de la filosofía analítica, que los datos relevantes sólo se constituyen como datos a la luz de ‘teorías’ (no neutrales normativa ni metódicamente): según Popper, estas afirmaciones son también adecuadas para los datos que la ciencia natural establece con independencia de toda valoración. Debemos señalar además que los (así llamados) ‘datos’ mismos, en el caso de las ciencias humanas, están caracterizados por seguir normas subjetivamente; lo cual significa que primariamente con la única reserva del ulterior distanciamiento y neutralización deben constituirse a partir de un enfoque, a la vez, comunicativo y autoreflexivo, es decir, un enfoque precisamente hermenéutico»[5].

La hermenéutica es la ciencia de la interpretación. Trata principalmente de interpretar los textos. Interpretarlos es indagar su significado, su finalidad, leerlos entre líneas, averiguar las intenciones del autor, etc. También se interpretan los hechos, la historia, etc.

La interpretación de los hechos implica averiguar su significado, por lo tanto se presupone que la historia significa o puede significar algo para una persona o un grupo.

Por eso, dice Apel «Queda patente que la hermenéutica debe presuponer siempre una fundamentación normativa de su comprensión éticamente valorativa»[6].

Una de las tesis más importantes de la hermenéutica es que el mundo que nos rodea ya está previamente interpretado. Los seres humanos por el proceso educativo aprendemos formas social y culturalmente transmitidas de interpretar la realidad del mundo y la cotidianidad. De hecho nuestro aprendizaje es en sí mismo aprender a interpretar. Por ejemplo, los padres dicen a sus hijos que coman alimentos “buenos” como las zanahorias, y aunque tengan un sabor desagradable, los padres hacen gestos y trucos para convencer a sus hijos de que comer zanahorias está bien. Cómo usar el agua, cómo lavar y limpiar, qué alimentos consumir… etc., todo el mundo que nos rodea desde la más tierna infancia, está ya social, cultural y lingüísticamente interpretado.

Hasta este punto parecería que efectivamente la ciencia y la ética tienen una relación, pero es importante demostrarlo para que no quepa ninguna duda al respecto.

En las sesiones anteriores, donde hemos hablado del Juego de la Ciencia, aprendimos que los científicos se guían por ciertas reglas del juego. Las reglas dependen de las técnicas y principios que a lo largo de la historia se han acumulado en torno a una disciplina, los científicos maduros procuran que estas reglas se respeten… pero frecuentemente creen que las reglas no tienen un significado (hermenéutica) ni un valor ético (axiología). Por eso dice Apel “opino (con Pierce, Popper y Lorenzen) que la lógica, y especialmente la lógica de la ciencia tiene que concebirse como una ciencia normativa»[7].

La lógica de la ciencia son precisamente las reglas del juego de las que hablamos antes. Las reglas de la lógica establecen cómo se organizan las premisas para llegar a las conclusiones y cómo sabemos que éstas son verdaderas y válidas. Por eso, si los científicos buscan la confirmación empírica-experimental de una noción, «Sólo podemos hablar de confirmación empírica cuando presuponemos ya un criterio ético de comprobación, además de la consistencia lógica”[8]. “Podemos afirmar que la lógica -y, a la vez, con ella todas las ciencias y tecnologías -presupone una ética como condición de posibilidad»[9].

Resumiendo, Apel radicaliza el problema al buscar las fuentes de validación de toda ética como ciencia. Si sólo lo científico tiene validez universal intersubjetiva, y la ciencia no se deriva de normas, sino de hechos, ¿cómo podrá la ética ser una ciencia con valor normativo?[10] Su respuesta consiste en que toda ciencia obedece a priori a un imperativo normativo universal e incondicionado: toda ciencia debe existir y debe versar sobre la verdad. Toda ciencia presupone a la ética[11].

La ética del científico

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Con lo que hemos asentado hasta ahora quedó claro que la ciencia tiene una connotación ética a priori,  ahora podemos hablar de la ética del científico.

La posición ética de los científicos en primer lugar es la que les toca como personas por sus actos, pero es independiente de su competencia como científicos, que es evaluada por la comunidad científica conforme a su respeto a las reglas del juego, al rigor de su investigación y a la honestidad de sus propuestas. Se han dado casos de investigadores que falsifican los resultados, que se roban las ideas de los demás sin darles crédito y que plagian sus investigaciones. Usted es un(a) estudiante y un(a) científico que por ninguna razón debe cometer alguno de estos actos contrarios a la ética.

En relación a estas dos dimensiones debemos decir que, los científicos tienen que dar cuenta de sus actos en cuanto personas y ciudadanos, al igual que cualquier  otra persona. También tienen que dar cuenta de su trabajo científico ante la academia de esa disciplina.

Otro problema, más complejo es el que tiene que ver con ciertos temas controvertidos. Por ejemplo, los científicos experimentan con animales nuevas medicinas y tratamientos para curar enfermedades que causan grandes sufrimientos a la humanidad, como el cáncer.

Según dicen Garvin McCain y Erwin M. Segal[12] Un científico no puede usar métodos científicos para decidir si es ético enfermar a estos animales con cáncer. Puede usar metas científicas como una de las bases para hacer sus juicios éticos, pero la decisión acerca de sí es ético el sacrificar animales es discutida en otros campos pero no en los puramente científicos.

El argumento que favorece el uso de animales se fija en la nueva información que puede ser obtenida acerca de la enfermedad de modo que los científicos podrán saber mejor cómo curarla en los humanos. Este argumento se basa en que el conocimiento de la enfermedad es bueno y que la enfermedad es mala. Este argumento sugiere que la vida humana es más valiosa que la de otros animales, pero ninguna de estas afirmaciones puede ser demostrada desde la ciencia misma, sino desde la ética filosófica. Evidentemente, el científico no se propone hacer sufrir a los animales, no se propone hacerles daño, sino un bien para la humanidad, el sufrimiento de los animales es un resultado inevitable pero no deseado.

¿Debe un científico sacrificar a un perro para averiguar cual es el efecto de una droga? ¿Debería un científico construir una bomba de hidrogeno?¿Podría un científico desarrollar un químico que en cantidad de minutos pueda matar a millones de personas? ¿Debería un científico desarrollar una píldora anticonceptiva? La ciencia no puede responder a estas cuestiones. El científico puede solamente decir “Si tal y tal cosa suceden, entonces esto seguiría”. Los criterios éticos son necesarias para decidir lo que se debe hacer, pero éstos provienen de fuentes externas a la ciencia misma.

Sin embargo, algunos científicos creen que el conocimiento en y por sí mismo no es importante sino que debe conducir a algún lado. Dicen que solamente el conocimiento que se dirige a consecuencias prácticas es bueno… pero no se preocupan de cuáles puedan ser esas consecuencias y a quien puedan beneficiar o perjudicar.

 

[1] APEL Karl-Otto, La Transformación de la Filosofía II: el a priori de la comunidad de comunicación, Ed. Taurus, Madrid 1985. pp. 341-413.

[2] Ibid, p. 342.

[3] Ibid, p. 344.

[4]Se denomina Axiología a la ciencia de los valores y en general a lo que tiene que ver con lo valioso y debido.

[5]Ibid, p. 365-366

[6]Ibid, p. 376.

[7]Ibid, p. 377.

[8]Ibid, p. 378.

[9]Ibid, p. 379.

[10]  Cfr. Ibid, p. 359ss.

[11]  Cfr. Ibid, p. 379.

[12] Cfr. MCCAIN G. Y SEGAL E., The Game of Science, Op. Cit., Trad. de J.C. Baena. Capítulo 8.

Revisar el mensaje de correo para realizar la actividad de aprendizaje correspondiente:

 

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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Filosofía y crítica de la ciencia: La subjetividad en la ciencia marzo 19, 2014

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Los científicos son personas

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Objetivos:

Con el presente artículo podremos entender y describir las motivaciones que tiene una persona para dedicarse a la ciencia. También identificaremos los valores que rigen la actividad de un científico, especialmente en el caso de algunos investigadores que actuaron a su conveniencia, traicionando a sus colegas.

Introducción:

En este escrito echaremos un vistazo a los aspectos que rodean la vida y la vocación de los científicos: sus intereses, motivaciones, valores, estatus, sistemas, reglas, actividades y su educación.

Las Motivaciones y los intereses de los científicos

Por lo menos dos grupos que trabajan como científicos pueden ser identificados de acuerdo a su sistema motivacional: primero, aquellos que están motivados por el intrínseco placer de jugar el juego de la ciencia (los jugadores); segundo, aquellos que están motivados por el deseo de reconocimiento y las resultantes recompensas (los operadores). Estos dos grupos no son completamente excluyentes, pero vale la pena examinarlos por separado. Adicionalmente, ya que los individuos son complejos, es dudoso que cualquiera de estos sistemas de motivaciones cuente para todas las causas que dirigen a cualquier científico al intenso y prolongado esfuerzo necesario para producir una contribución significante.

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Hay otras personas entrenadas como científicos que fallan en su función como científicos o al término de su entrenamiento formal no hacen ningún esfuerzo por añadir algo al cuerpo del conocimiento científico.

Los jugadores

Nuestra primera preocupación es aquella clase feliz que encuentra el juego fascinante e inacabable. Para los jugadores la razón del juego no es primariamente el conocimiento o el bien de la humanidad, sino simplemente el juego mismo. Los motivan:

  1. Curiosidad
  2. Las delicias de la ambigüedad y la incertidumbre
  3. El placer estético
  4. La alegría compartida que viene por la ejercitación del intelecto

1. Curiosidad. Los primero dos tópicos, curiosidad y ambigüedad, se implican de alguna manera, pero parece valioso separarlas. La curiosidad es, seguramente, una fuente muy fuerte de motivación.

Los científicos tienen impulsos muy fuertes de curiosidad, y su curiosidad es de alguna manera diferente de la curiosidad de la mayoría. Dos diferencias son claras. (1) La curiosidad de los científicos acerca de un problema particular puede continuar durante toda su carrera. (2) La curiosidad de los científicos en su campo es generalmente impersonal.

A través de la comunidad científica, la curiosidad juega un rol particularmente amplio. Para las personas que tienen un animado sentido de curiosidad, la ciencia puede mover oportunidades sin fin para ejercitarla. La búsqueda de lo desconocido es tan básica para los científicos como lo es para el explorador, el filósofo o el artista.

2. Las delicias de la ambigüedad y la incertidumbre. Los científicos no solamente toleran la ambigüedad y la incertidumbre, muchas veces la buscan. La ambigüedad genera tensión, para algunos esta tensión puede ser extremadamente reconfortante, a pesar de que continúe por un largo periodo. Para otros, una continua ambigüedad tensionante puede ser demoledora. La experiencia de tensión está relacionada a situaciones irresueltas o incompletas. Por ejemplo, consideremos un juego profesional de football. ¿Qué hace que del juego algo excitante? ¿Acaso no es la tensión y la excitación sobre un resultado incierto? ¿Por qué? ¿Qué es más interesante y excitante, un partido ganado o perdido en lo últimos 14 segundos o uno en que el equipo gana por un amplio margen?

Los científicos están motivados a reducir la ambigüedad y la incertidumbre, pero están destinados a que una reducción de incertidumbre en una esfera que casi siempre trae consigo la conciencia de nuevos problemas con sus incertidumbres y ambigüedades por resolver, y así sin fin.

3. El desafío de la naturaleza. Así como muchos disfrutan escalar montañas como un desafío de la naturaleza, ganando admiración. Es lo muy parecido en la ciencia.

En el discurso que Einstein pronunció en la sociedad de física de Berlín en honor del 60 aniversario de Max Planck dijo: “Yo creo con Schopenhauer que uno de los más fuertes motivos que dirigen a los hombres al arte y a la ciencia es escapar de la vida diaria con su dolorosa crudeza y desesperante tristeza….”

4. Placer estético. Como muchos otros esfuerzos humanos, la ciencia tiene su lado estético. Muchas posiciones teóricas o soluciones de problemas son preferidos por su elegancia. Hay problemas bellos y soluciones hermosas. El encanto estético en la ciencia puede estar en la simplicidad, líneas simplificadas que son a la vez funcionales e inmensas.

5. La alegría de ejercitar el intelecto. El atleta profesional tiende el orgullo del logro y parte de su recompensa es la oportunidad de mostrar su capacidad a sus admiradores. Algo parecido ocurre con el artista. Los científicos no difieren mucho de otros profesionales. Ellos disfrutan el ejercicio de su capacidad intelectual en la misma manera que los atletas disfrutan ejercitando sus capacidades físicas.

Hay también un deseo de aprobación por sus pares o colegas. La aclamación popular puede ser considerada como de mal gusto o aun una indicación de torpeza, en cambio una palabra o frase de un colega es un evento de singular importancia.

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Los operadores

Las motivaciones y metas de los operadores son primariamente el reconocimiento y las recompensas que le acompañan. Los operadores tienen algunas de las características que los jugadores pero ellos difieren tajantemente en sus objetivos.

Los operadores tienden a ser muy activos; de hecho, su actividad es ordinariamente más visible que las de sus colegas. Muchos operadores obtienen grandes concesiones o contratos para hacer investigaciones y capitalizan las contribuciones de sus colegas más jóvenes y estudiantes como suyas.

Muchos operadores son encontrados en la industria, donde la paga y otros beneficios externos son altos y la especulación de los científicos independientes es inaceptable. Una combinación de recompensas es suficiente para atraer a muchos de los operadores a actividades no académicas.

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Los entrenadores

Ellos entran al mundo de la ciencia como entrenadores porque piensan que el juego es interesante de estudiar, pero no de jugar. Prefieren diseminar el conocimiento científico a otros como maestros, escritores o periodistas.

Para que un entrenador llegue a ser exitoso requiere un continuo trabajo. La preparación final para llegar a ser jugador, sin embargo, debe ser en el campo de juego; un estudiante graduado casi siempre debe participar como un aprendiz antes de que llegue a ser un jugador hecho y derecho, el entrenamiento final de los jugadores exitosos es casi siempre con alguien que esté jugando el juego.

Los espectadores

El cuarto grupo está formado por aquellos que han sido entrenados como científicos pero que nunca juegan su rol como tales. Dadas las incertidumbres del juego, el alto grado de incertidumbre y aun la arrogancia que es requerida para funcionar fuera de la armadura protectora de una escuela. Muchos jóvenes científicos optan en contra de lo originalidad y a pesar de ello permanecen como científicos, haciendo trabajo mundano.

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Hay importantes diferencias ocupacionales entre los teóricos y otros científicos. Los teóricos fijan la estructura a través de la cual otros hacen sus investigaciones.

George Bernard Shaw dijo una vez: “Los hombres razonables se adaptan ellos mismos al mundo; los irracionales son aquellos que persisten en tratar de adaptar el mundo a ellos mismos. Por esta razón, todo el progreso depende de los hombres irracionales.”

Los científicos no son ni superhombres, ni niños ingenuos. Ellos no tienen una mente nublada o irrealista; más bien, muchas de las cosas que ellos consideran importantes y reales muchas veces son de alguna manera diferentes de aquellas que son consideradas por el mundo ordinario.

Valores

Los científicos adquieren un particular sistema de valores. Hay un número de costumbres particulares en cualquier disciplina. Por ejemplo, en física es generalmente aceptado que las observaciones tienen que ser puestas en forma matemática en algún punto. Por otro lado, este tipo regla tan rígida parecería extraña o quizá estúpida a un antropólogo. En cada caso el científico esta actuando de acuerdo con sus “costumbres tribales”, o “valores de su disciplina”.

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Uno de los valores es la individualidad. Se espera del científico que refleje su propio juicio y análisis dentro de su campo. Esto no significa que sus opiniones tengan que ser diferentes de los otros; no tienen que ser únicas en cada aspecto, pero sí deben ser sus propias opiniones, no meros ecos.

Otra característica valorada por muchos científicos es la habilidad de considerar los datos e interpretaciones sin comprometerse personalmente. El principio es que el científico debe ser capaz de alejarse y mirar los datos e interpretaciones como si hubieran venido flotando en una botella del océano. Uno de los más importantes valores es la dedicación y perseverancia.

Una pregunta que se hace con frecuencia es por qué los científicos no tienen y no implementan ideales que puedan dirigir la resolución de algunos problemas prácticos inmediatos. El problema no está en los ideales sino en el comportamiento. Como se indicó anteriormente muchos científicos están interesados en la solución de problemas, no en soluciones aplicables. Muchos sienten que las soluciones para problemas como la guerra, la pobreza, y la educación ya existen. Los problemas de soluciones aplicables son vistos como políticos y sociales. La dificultad crítica es que si los científicos atienden directamente un problema práctico necesitan moverse afuera de su paradigma. Esto es como decirle a un contador que se convierta en un vendedor, o a un economista en un hombre de negocios, o un arquitecto que se vuelva albañil, lo que puede suceder pero raramente sucede y aun más raramente es exitoso.

Podríamos considerar un numero de otros elementos en esta sección sobre los valores, por ejemplo la honestidad en la investigación que es probablemente el más importante dentro de los sistemas de valores.

La más importante regla concierne a la honestidad dentro de cualquier disciplina. Una restricción adicional es que la ciencia, siendo pública por naturaleza, permite confrontar los datos por colegas imparciales. Hace algunos años un estudiante de doctorado, publicó una disertación que alegaba algunos efectos médicos muy importantes como resultado del uso de ciertos químicos. El reporte causó sensación en ciertos círculos. Otros científicos repitieron el estudio con resultados negativos. Después de algún tiempo un representante de la organización nacional de esta disciplina investigó los datos originales. Se encontró que los datos habían sido falsificados deliberadamente; el estudiante no había siquiera visitado algunas de las instituciones médicas de donde los datos habían sido recolectados. Un reporte extenso de la investigación fue publicado en la revista científica de ésta disciplina.

Es muy grave robar el trabajo o las ideas de otro. En un caso reciente un profesor de una gran universidad perdió su posición y fue reprendido en una revista científica como resultado de publicar el trabajo de otro sin darle ningún crédito. Esto es una grave violación de la ética científica, es discutir el trabajo de otro sin darle ningún crédito específico. Es importante entender que es bueno hacer referencias al trabajo de otro: (1) Ayuda a mostrar continuidad en el desarrollo de las ideas; (2) la conveniencia de dar el crédito al padre de un idea; y (3) más importante, el lector serio puede ir a las fuentes originales. A menudo un escritor no comprende o mal interpreta la fuente original; la citación implica mayor cuidado y permite al lector hacer su propia interpretación.


Bibliografía

MCCAIN G. Y SEGAL E., The Game of Science, Brooks/Cole, Monterey, Calif., 1973. (Trad. De J. C. Baena. Capítulo 6).

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Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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Los paradigmas y la investigación científica marzo 5, 2014

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La Investigación científica

Propósito:

En este tema buscamos explicar la relación que hay entre el paradigma científico y el diseño de un experimento. Queremos identificar los elementos de un experimento y su importancia. Finalmente, ejemplificar con un caso.

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Al interior del paradigma, los científicos trabajan a varios niveles de especificidad. El nivel más simple es el paradigma mismo. El científico tiene algunas ideas de los tipos de datos que son relevantes para su disciplina y una forma general de interpretar los datos. También tiene algunas ideas de los tipos de leyes que pueden relacionar los datos y las clases de mecanismos que son aceptables como dispositivos explicativos.

Una de las más formales unidades en el paradigma de la ciencia es la teoría científica.

Uso del término “Teoría”

Sin duda usted ha escuchado que la gente dice”eso sólo es una teoría y no una realidad”. O “Eso funciona muy bien en la teoría pero no en la práctica”. Estas afirmaciones demuestran una muy mala interpretación del término teoría. “Teoría” para la ciencia no significa una afirmación sin confirmar.

Más específicamente, una teoría es un conjunto de afirmaciones interconectadas. Este conjunto de afirmaciones comprende (1) sentencias que introducen términos que se refieren a los conceptos básicos de la teoría (términos teóricos); (2) sentencias que relacionan los conceptos básicos entre sí; y (3) sentencias que relacionan que relacionan un conjunto de afirmaciones teóricas con un conjunto posible de observaciones.

La Relación entre Teoría y Experimento

El propósito de una teoría es describir y explicar eventos observados y observables y predecir qué será observado bajo determinadas circunstancias. Con el objeto de probar una teoría, los científicos pueden efectuar experimentos fijando las condiciones de observación. Nos aproximamos a la confirmación de una teoría si los eventos observados en el experimento  corresponden a lo que fue predicho por la teoría.

Por ejemplo, en el desarrollo de las teorías sobre el vuelo a velocidades supersónicas, los experimentos fueron diseñados para investigar la relación entre la forma del avión y la cantidad de fricción a la velocidad del sonido o mayor. Antes de estos experimentos, las teorías especificaban la relación sólo por debajo de la velocidad del sonido.

Una de las funciones de una buena teoría es que establezca las condiciones para una experimentación significativa.

Cuando un experimento es interpretable, siempre es interpretable en algún marco teórico.

El investigador normalmente ejecuta una serie de experimentos interrelacionados. Un solo experimento no adelanta el conocimiento científico, pero puede llenar un hueco en una teoría o ayudar a que los científicos comprendan algo nuevo. En cualquier caso, un buen experimento permitirá al experimentador hacerse nuevas preguntas.

Casi todas las discusiones de diseño experimental y métodos científicos utilizan o implican el término “variable”. Una variable se refiere a un aspecto específico de eventos o cosas. Difiere de acuerdo al evento particular que está siendo considerado, y un evento no puede tener más que un valor de la misma variable en un momento dado.

Siempre que una entidad o evento es descrita, cada dimensión por la cual puede ser descrita, se puede considerar como variable, incluso dónde está y cuáles son sus condiciones ambientales.

Una de las cosas más importantes que hace un científico cuando dirige un experimento es intentar encontrar qué relaciones hay entre diferentes variables.

Diseño Experimental

En un experimento, hay tres tipos de variables: (1) variables independientes, (2) variables dependientes, y (3) variables de control.

Variables independientes: Las variables independientes son aquellas cuyos valores son manipulados directamente por el experimentador. El experimentador está interesado en establecer las relaciones funcionales entre las variables dependientes y las independientes. Por ejemplo, en el diseño de los cohetes, que serían utilizados como bombas voladoras, los primeros experimentos tenían que ver con el tipo de combustible empleado. Científicos como Von Braun, utilizaron diferentes tipos de combustible como variable independiente, para verificar si los cohetes tenían más empuje y volaban mayores distancias.

Variables Dependientes: Mientras que los valores de la variable independiente se fijan antes de que el experimento comience, no es posible fijar las variables dependientes. Son variables cuyos valores específicos no pueden ser medidos antes de que el experimento comience. Siguiendo con el ejemplo anterior, si la variable independiente era el tipo de combustible, las variables dependientes eran el empuje, la velocidad, la distancia y la estabilidad que podía lograr un cohete.

Variables de Control: Las variables de Control son cruciales. Son las condiciones que hacen que un experimento sea un verdadero experimento. Son las variables que el experimentador no se propone modificar sistemáticamente junto con la variable independiente. El experimentador fija los experimentos ya que estas variables no pueden afectar la relación entre la variable independiente y las variables dependientes. Las variables de control sirven para asegurarnos de que efectivamente el factor que estamos experimentando sea el que determina el resultado y no la “contaminación” de una variable no considerada. Las variables de control aseguran, que la posición del cohete sea la misma, que el terreno del lanzamiento sea similar, la temperatura y presión atmosférica o la dirección del viento, todos estos se vuelven variables a controlar.

El científico experimental tiene la tarea de tratar de relacionar algunos términos de una teoría con las variables dependientes y algunas de ellas con las variables independientes.

Características Formales de la Ciencia

Ahora vamos brevemente a discutir algunos de los conceptos formales envueltos en la confirmación y desarrollo de las teorías.

Una teoría científica puede ser vista como un conjunto de afirmaciones acerca de cierto dominio del mundo natural. Una teoría científica es un intento de representar, de manera simbólica, eventos no observables tanto como aquellos que pueden ser observados. La mayoría de las teorías usan el simbolismo como un lenguaje natural (como el español) combinándolo con las matemáticas, aunque algunos están completamente en el ámbito del lenguaje natural. Un desarrollo reciente –de inexploradas consecuencias- es el uso del simbolismo de un programa de computadora para representar las actividades de los eventos naturales.

Vamos a considerar algunos de los aspectos de una teoría científica. Primero, una teoría es un conjunto de sentencias, algunas de las cuales pueden ser expresadas simbólicamente.  La teoría se encuentra en libros y revistas, pero no en la naturaleza. Verdaderamente se presupone que la teoría se refiere a eventos en el mundo natural, pero la teoría en sí misma pude ser analizada en cierto nivel en términos de su forma simbólica.

La teoría formalmente comienza con un conjunto de términos no definidos que dan nombre a las entidades teóricas básicas. Se les llama “no definidas” porque éstas no son definidas por otros términos. El hecho de que estos términos sean formalmente no definidos, no definidos en la sintaxis de una teoría, no significa que los términos ni tengan un significado. Nosotros podemos conceptuar los términos, imaginarlos y tal vez verlos sin que cambie la posibilidad de que permanezcan no definidos. Es una necesidad lógica en cualquier sistema simbólico, si se deben evitar las definiciones circulares, tener términos no definidos. Otros términos son definidos con base en los términos no definidos.

En segundo lugar, una teoría contiene un conjunto de sentencias que definen las relaciones entre los términos teóricos y define nuevos términos usando los términos no definidos. La relación entre los términos puede darse tanto en un lenguaje muy formal como uno no tanto. Un uso de la matemática en la ciencia es establecer las relaciones funcionales entre los términos. Un ejemplo es la relación entre el tiempo y la distancia viajada por un cuerpo que cae. En la física newtoniana esta relación se especifica como S = 1/2 gt2. Otro ejemplo es la relación entre un estímulo (R) y una sensación (S) en la psicofísica de Fechner: S = K log R.

Si no hay una forma de relacionar la teoría con las observaciones de una manera consistente, entonces no importa que tan bien suene la teoría, no puede ser considerada una teoría científica importante.

Un ejemplo de una definición coordinada en la física nuclear es: “Una partícula alfa cuando es vista en una cámara iluminada de nube aparece como una línea corta y relativamente delgada”. Un ejemplo en la psicología es: “la inteligencia es medida como una puntuación en un test de inteligencia”. En la economía tenemos: “El nivel del mercado de acciones es definido por el porcentaje Dow-Jones.» Además de expresar las relaciones formales entre las entidades teóricas, otro uso de las matemáticas en la investigación científica es a través de la estadística, que compara que tan cercanas son las observaciones con aquello que fue predicho por las definiciones coordinadas.

En resumen, una teoría formalmente consiste de: (1) un conjunto de términos no definidos, (2) un conjunto de relaciones entre los términos, (3) nuevos términos y leyes definidas a través de términos no definidos, y (4) un conjunto de definiciones coordinadas que relacionan algunas sentencias en la teoría con las observaciones posibles. El proceso de investigación científica es un intento de relacionar las observaciones con aquello que fue predicho como posible por la teoría.

Breve Historia de los Cohetes

Por José Cortés y Paulina Granados[1]

La historia de los motores cohete está marcada con sangre. Sí, por más que las grandes potencias (que han propiciado su evolución) se esmeran en convencernos con aventuras espaciales y de conquista del universo, lo cierto es que, desde su génesis, la guerra y la destrucción a distancia han sido factores fundamentales en su desarrollo.
La historia de los cohetes generalmente se cuenta como la solución al problema de la propulsión y su época crítica ocurrió a lo largo del siglo XIX. De manera paralela y aislada, diferentes personalidades fueron dando importantes pasos para la evolución – involución de la raza humana. Se debe señalar a personas como Konstantin Tsiolkovski (1857 – 1935) en Rusia, R. H. Goddard (188?-1945) en Estados Unidos, R. Esnault – Pelterie (1881-1957) en Francia y a H. Oberth (1894-19??). Alrededor de 1930, comenzaron a formarse, en torno a estos hombres, grupos de trabajo y de investigación en el desarrollo de la cohética y el espacio, como el Grupo para la Investigación del Movimiento por Reacción (en Rusia, 1924), la Sociedad Alemana de Cohetes (en 1927), la Sociedad Americana de Cohetes (1930) o la Sociedad Británica Interplanetaria (¡?, en 1933).
Previo a esto, cabe señalar que los cohetes habían evolucionado muy poco desde su invención (por los chinos, en el siglo X) y funcionaban sólo en base a pólvora negra. Tsiolkowskii, en un artículo de 1903, llamado «Investigaciones del Espacio Cósmico por Máquinas Reactivas», propone que el cohete ofrece el tipo de propulsión necesaria para lograr una máquina voladora más pesada que el aire. Hay que decir que los cohetes chinos no pasaban de ser un curioso método de diversión hasta esa fecha, incapaces de dirigirse a varios kilómetros de distancia (para bombardear Londres, por ejemplo).
Por otro lado, en muchos círculos científicos se sostenía que los cohetes se impulsaban empujando el aire que los rodeaba (para el lector incauto, esto no es así, ni tampoco las plumas pesan menos que las piedras). Sólo en 1919, Goddard (inspirado por la recomendación de Esnault – Pelterie, en 1913), en un artículo publicado por el Instituto Smithsoniano y llamado «Un Método de Alcanzar Altitudes Extremas», demostró experimentalmente que el cohete funciona en el vacío.
Estos trabajos (y bastantes otros más) motivaron el desarrollo de los cohetes a propulsión química en diferentes partes del mundo. Antes de 1940 y hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, las investigaciones en cohetes desaparecieron tras el «secreto militar» (con toda la maldad y el horror que esto implica sobre nosotros). Como sea y volviendo a esta evolución, el problema se centró en el tipo de propulsante. Goddard ya había propuesto un cohete a base de pólvora sin humo en 1919 (con diferentes etapas de combustión, a volúmen constante), cuando Tsiolkowskii determina que lo mejor debe ser el combustible líquido, proponiendo el oxígeno líquido como oxidante y el queroseno como combustible. Años después, en 1942, se concretó, por separado, el uso de ácido nítrico y anilina en la combustión del motor (por el Jet Propulsion Laboratory, de Malina, Parsons y Summerfield y por O. Lutz y su grupo). Sin embargo, existen antecedentes que en Rusia, en 1933 se construyeron cohetes impulsados por ácido nítrico y queroseno (uno de ellos, el ORM-50, desarrollaba 150 Kg. de empuje.
Aún quedaban románticos (o innovadores?) en 1941, cuando Von Karman y Malina demostraron la posibilidad de construir un cohete de propulsante sólido de presión constante y larga duración. En 1942, J. W. Parson ideó el propulsante de base de asfalto fundible, del que derivaron los propulsantes sólidos de la actualidad (cabe mencionar que el Explorer I, lanzado al espacio en 1958, llevaba tres de sus cuatro compartimientos de combustible con propulsantes sólidos).
En lo que se refiere al empuje, Goddard experimentó, en 1930-32 con motores de oxígeno gasolina, con un empuje máximo de 130 kg.; por su parte, la Sociedad Alemana de cohetes ensayaba con motores de oxígeno líquido y alcohol, con empujes de 50 kg. ; Sänger, en Viena, logró, con un pequeño motor, una velocidad de salida de 3.000 m/seg. y una cámara de combustión a 105 kg./m2 de presión y la Sociedad Americana de Cohetes realizaba experiencias (entre 1930 y 1940) con empujes de 100 kg. Si pensamos que Malina y Summerfield, al final de la Segunda Guerra Mundial, estimaron que un cohete que superara la atracción gravitacional necesitaría 200.000 kg. de empuje se puede notar el valor y fe de los primeros «conquistadores del espacio» (aunque en realidad muchos pensaban en las bombas).
Fue algunos años antes del final de la Segunda Guerra que, en Alemania, se produjo un esfuerzo notable por desarrollar la propulsión de los cohetes, donde se comenzó a producir el ingenio V-2, que fue usado por primera vez en 1944, en el ya citado bombardeo a Londres; su motor, desarrollado en Peenemunde, por W. Von Braun y W. Thiel, entregaba un empuje de 27.000 kg. Al final de la guerra, la firma Hellmuth Walter, la Bayerische Motoren Werke y la Rheinmetall-Borsig disponían de departamentos que trabajaban ampliamente en la propulsión cohete; que se oponían a las ya existentes Jet Propulsion Laboratory, la Reactions Motors Inc. Y la Aerojet General Corp., en los Estados Unidos; y otras análogas en la URSS. Como dato a considerar, el primer objeto en superar la atmósfera terrestre (el cohete americano Bumper, el 24 de Febrero de 1949), en realidad era un cohete V-2, «recuperado» de Alemania tras la guerra.
Así, saltándonos a los pobres chinos, desde 1817, cuando el cohete británico Congreve llegó al demoníaco alcance de 3.000 m., hasta nuestros días, donde cada vez que salimos a la calle nos exponemos a la ira de algún loco, al otro lado del mundo (o tan sólo un poco más al norte); los cohetes y el motor cohete, con sus lindas curvas isentrópicas y sus ingenieriles definiciones de rendimiento, pueden acabarnos o lanzarnos al universo y yo me pregunto, ¿estamos preparados, para lo primero o lo segundo?; como sea, creo que yo no tendré que decidir eso, sólo me corresponderá afrontarlo. 
 

[1] CORTÉS J., GRANADOS P., Talleres del Curso ME43A Termotecnia, http://www.intermedia.cl/~jocortes/cohete.html , fecha de consulta 5 de abril de 2002.

Bibliografía:

MCCAIN G. Y SEGAL E., The Game of Science, Brooks/Cole, Monterrey, Calif., 1973. Trad. De J. Serrano. Capítulo 5.

October Sky

(1999)

http://vk.com/video_ext.php?oid=245912842&id=168484210&hash=24aa76384460e0a2&hd=1


Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

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Filosofía y crítica de la ciencia: Qué es un paradigma febrero 26, 2014

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Las Ideas y su desarrollo

Propósito:

Analizar qué es un “Paradigma Científico” y comprender de qué manera los paradigmas juegan un papel en el avance de la ciencia.

Desarrollo:

¿De dónde vienen las ideas? En la actualidad, cuando el científico aficionado casi se ha extinguido, principalmente contribuyen con nuevas ideas aquellos que han sido entrenados formalmente (y muy rara vez, educados) en una disciplina particular. Hay al menos dos implicaciones de este hecho. (1) Los individuos gastan gran cantidad de tiempo en aprender las leyes y métodos de su disciplina particular. (2) Estos individuos tratan de ser más inteligentes, al menos como se les mide por los métodos ordinarios de prueba. Aproximadamente el 10% de los individuos en un campo determinado contribuyen con más de la mitad de las publicaciones científicas. Aproximadamente la mitad de los Doctores publican al menos un solo artículo durante su carrera, aquellos sin grado de Doctor  difícilmente publicarán alguna vez. Aunque los artículos publicados usualmente no contienen nuevas ideas, su publicación es casi siempre necesaria para comunicar alguna. El material no publicado, no importa que tan original sea, no tiene oportunidad de influir en la dirección de la ciencia.

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Hay algunas características personales que parecen distinguir aquellos científicos más creativos de los menos creativos. Los científicos creativos tienen un amplio rango de intereses, que pueden variar sobre toda la experiencia humana. Lo que a veces se señala como estrechez de miras, no es más que poca sociabilidad, una escasa tolerancia a lo trivial, o intereses fuera de lo común- Los científicos creativos pueden tolerar la autoridad, pero definitivamente no la animan.   Así, tienen a menudo problemas con las figuras de la autoridad.

La observación y las encuestas que se han hecho entre los científicos convienen en por lo menos una característica importante de la personalidad de los científicos creativos:  son independientes.  Sin embargo, un equipo puede ser útil si los miembros se estimulan mutuamente proporcionando diversas visiones e información que cada uno puede entonces integrar para su trabajo.

Desde lejos, la ciencia se ve no como descubrimientos que fluyen suavemente de lo que está «allá afuera»;  hay comienzos falsos, períodos del estancamiento y controversias importantes, así como grandes saltos adelante.  Dentro de los progresos principales, hay innumerables movimientos, retrocesos, corrientes y contracorrientes más pequeños.  Aunque pueden ser fascinantes estos pequeños movimientos, no haremos caso de ellos;  cualquier historia detallada requiere volúmenes; y nosotros sólo tenemos unos párrafos.

Los comienzos de la ciencia en su sentido moderno pueden ponerse en uno de los muchos eventos que ocurrieron a lo largo de muchos siglos, con casi igual precisión. Podemos usar el año 1210, cuando la Física de Aristóteles llegó a ser bien conocida para ser prohibida en París; o 1245, cuando era exigido el conocimiento de Aristóteles para obtener el grado de Maestro en la Universidad de París. Algunos consideran que fue un período crítico para la ciencia los primeros contactos entre Europa Occidental y el Mundo Musulmán en la sangrienta invasión del año 1097 que culminaron en la seducción de los bárbaros occidentales por una combinación de conocimiento griego y árabe. Leonardo da Vinci (1452-1519) puede también ser identificado como uno de los padres de la ciencia.

De todos modos, a mediados del siglo 16,  ocurrían progresos muy importantes.  En 1543 Vesalius y Copérnico publicaron sus importantes trabajos sobre anatomía y astronomía, respectivamente.  El siglo 16 produjo una inundación de nuevos conceptos y resultados.  Muchos historiadores ven el siglo 18 como opaco para la ciencia, pero esto sólo si se compara con los siglos 17 y 18.  Los historiadores prestan atención a las áreas científicas más fructíferas del siglo 17 como la astronomía (Galileo y Kepler) y la física (Galileo y Newton);  sin embargo, la biología también hizo grandes progresos (Harvey y Leeuwenhoek).

Para el siglo 19, la ciencia adelantaba en casi todas las áreas. La consideración de la historia de la ciencia nos trae algunas conclusiones tentativas. Primero, hay muy pocos ejemplos de contribuciones aisladas.  El estímulo a otros es importante en la generación de ideas y los nuevos conceptos tienden a ser agrupados en períodos de tiempo, como se habla de los siglos 17 y 19, y en grupos donde la comunicación es relativamente fácil, como Europa y Grecia. Segundo, hay algunas cosas acerca de una cultura en particular y su forma de pensamiento que puede facilitar o retrasar el desarrollo científico.

Por organización, podemos dividir el desarrollo de nuevos conceptos en cuatro etapas: (1) Surge un problema relacionado con un concepto aceptado y ese problema debe ser evidente. (2) Los científicos involucrados tienen suficiente conocimiento en esa área. (3) El concepto previamente aceptado, es reformulado o un nuevo concepto lo sustituye. (4) El nuevo concepto debe desarrollarse de manera saludable.

La importancia de las soluciones provisionales y múltiples

De modo realista, todas las soluciones científicas son soluciones provisionales. Las soluciones con las que estamos comprometidos por el momento son aquellas conocidas por ser incompletas o inadecuadas cuando se les expone. Un científico necesita mucha información sobre un problema particular en orden a formular un nuevo concepto significativo. Por supuesto, esta información no lleva necesariamente a nuevo concepto.

Charles Darwin tuvo que adquirir una gran cantidad de conocimiento antes de que formulara el marco de su revolucionaria hipótesis. Se familiarizó con un amplio rango de evidencias de diferentes ciencias como la biología, la geología y la paleontología. Es decir, Darwin, como otros innovadores, estaba parado sobre los hombros de sus predecesores y contemporáneos. Ellos pusieron parte de las bases relativas a la evidencia alrededor del problema de las especies. Además, Darwin fue un excelente y cuidados observador y tuvo la oportunidad de realizar muchas observaciones originales a lo largo de su viaje de cinco años abordo del Beagle. Aunque no llegó a la presentación formal de su teoría sino después de 20 años, su fundamentación e inmersión en el problema, fue básica para la formulación de la nueva hipótesis.

La tercera etapa en el desarrollo de conceptos tiene que ver con la sustitución de los viejos esquemas conceptuales por otros nuevos, o la reformulación de los ya aceptados. La mayoría de las innovaciones científicas son el producto de muchas mentes. En el caso de la hipótesis de la evolución hubo muchas pistas anteriores, incluyendo varios relativamente bien desarrollados sistemas anteriores al de Darwin.

Para 1809 Lamarck propuso una teoría de la evolución que pudo servir como trampolín para una investigación más profunda. Wallace tenía una teoría de la evolución que se acercaba mucho a la de Darwin y que de hecho la posición de Darwin se presentó originalmente en conjunto con la de Wallace. Hubo otros varios científicos y filósofos de la naturaleza de principios del siglo 19 que tenían una amplia variedad de hipótesis acerca de la evolución. En el “Esbozo Histórico” que acompañaba el Origen de las Especies Darwin menciona a 22 escritores del siglo 19 que tenían varios tipos de teorías evolutivas en diversas fases de desarrollo.

¿Por qué entonces se llegó a considerar a Darwin como el principal foco en el desarrollo de la teoría de la evolución? ¿Qué había en la teoría de Darwin que llevó a la repentina muerte de la teoría de la creación especial? ¿Por qué tuvo tan fuerte impacto la presentación de Darwin cuando había muchos otros en ese campo?

A pesar de su impacto y del hecho de que era más aceptable que los conceptos anteriores, la teoría de la selección natural de Darwin era realmente inadecuada salvo como solución provisional. Una gran parte de su desarrollo posterior vino a través del trabajo en genética

Es muy interesante que el primer trabajo de Mendel en genética fue presentado sólo a unos pocos años después de la publicación del Origen de las Especies, pero aquellos que estaban pendientes del trabajo de Mendel, fallaron en apreciar la importancia de esta teoría para la teoría de la evolución Para resumir este punto, un concepto importante no es una cosa estática. Nueva evidencia y nuevas ideas se continuarán cosechando.

Darwin reconoció el carácter incompleto de su trabajo en la Introducción del Origen de las Especies:

“Nadie debe sentir sorpresa de lo mucho que queda todavía sin explicar en relación con el origen de las especies y variedades, si se hace la debida consideración de nuestra profunda ignorancia respecto de las mutuas relaciones de los muchos seres que viven a nuestro alrededor… Aunque mucho permanece oscuro, y así permanecerá por mucho tiempo… estoy convencido de que la selección natural será la parte más importante, aunque no única, de los medios de modificación”.,

¿Cómo se admite que este concepto de la evolución deja muchos datos oscuros o inexplicados, y sin embargo es uno de los esquemas científicos más importantes hasta la fecha? Darwin ayuda a los científicos de dos maneras: da una dirección para la investigación y la identificación de algunas de las lagunas de su teoría. Una de las más útiles funciones de cualquier teoría científica es dirigir las investigaciones. La teoría de Darwin orienta un abundante trabajo, particularmente en aquellas áreas donde es obviamente débil.   Cuando el trabajo de Mendel fue redescubierto, éste no sólo llenó algunos faltantes en la teoría de Darwin, sino que en sí mismo le dio una dirección en virtud de que estaba integrado en la teoría evolutiva.

El mundo sería un lugar más ordenado si nosotros pudiéramos estar seguros de que no hay más que una sola solución para un problema particular. Desafortunadamente, en la ciencia nos enfrentamos a menudo con situaciones donde hay más de una solución posible. Cuando un estudiante pregunta “¿pero por qué es esta la respuesta correcta?” está suponiendo que realmente existe “una respuesta correcta”. Los científicos están comprometidos con aquellas respuestas que permiten organizar los datos y que son provechosas para posteriores investigaciones. Un buen ejemplo de múltiples soluciones a un problema se refiere a la naturaleza de la luz. ¿La luz es una forma de onda, está compuesta de partículas o hay otras posibilidades? La respuesta correcta para un científico depende de su uso de la luz. En algunos tipos de investigación es más útil asumir que es una forma de onda, en otros tomarla como una forma de partícula es más útil. Si la luz es “realmente” una forma de onda o una partícula todavía no tiene respuesta.

Paradigmas Científicos

Como muchos otros términos introducidos en este libro, “paradigma científico” es difícil de definir. Se refiere al complejo total de una ciencia. Incluye su lenguaje, teorías esquemas conceptuales, métodos y límites de la ciencia.  Determina qué aspectos del mundo estudian los científicos y los tipos de explicación que consideran. Lo más importante, incluye de qué manera ve el científico los datos, leyes y teorías de su ciencia. Aunque un paradigma científico contiene todos estos elementos, muchos paradigmas son identificados sólo por un concepto clave.

En la historia de cualquier ciencia, hay ocasiones en las que diferentes científicos ven el mundo a través de paradigmas en conflicto. Cuando esto ocurre hay un desacuerdo acerca de algunos de los principios básicos de la ciencia, y los científicos usan las armas de la argumentación, la identificación de hechos relevantes, intuiciones y presentación de nuevos datos en un intento por convencer a otros científicos en su campo de que un paradigma es mejor o más realista que otro. Estos conflictos muestran que los paradigmas científicos son una parte integral de la ciencia.

El concepto de paradigma científico fue introducido sistemáticamente en un libro muy informativo de Thomas Kuhn titulado La Estructura de las Revoluciones Científicas, publicado en 1962. Cuando alguien observa un fenómeno, no está viendo hechos puros que entonces puede interpretar; en lugar de eso, él ve fenómenos interpretados. Hay una gran diferencia entre decir que alguien ve un fenómeno y entonces lo interpreta y decir que alguien ve fenómenos interpretados. Esta última parece ser la correcta.

fig 1

Figura 1

Consideremos la Figura 1. Ustedes pueden ver una caja con las esquinas 1 y 2 en la esquina de abajo al frente, o puede ver una caja con las esquinas 1 y 2 abajo atrás. Estas dos maneras de ver la caja chocan, porque ustedes no pueden verlas de ambas maneras simultáneamente. (si todavía no han visto las cajas en conflicto, miren cualquier esquina; si la ven como una esquina exterior, mírenla fijamente mientras se la imaginan como una esquina interior o viceversa). El punto importante es que ustedes ven una caja, en lugar de líneas sobre el papel. No ven las líneas como de dos dimensiones, porque las ven en diferentes planos. Ustedes están interpretando mientras las observan, más que observarlas y entonces interpretarlas.

fig 2

Figura 2

Consideremos la Figura 2. Aquí probablemente ven seis áreas negras. Ahora miren las figuras interiores. ¿Ven algo? Miren el entorno blanco más que las áreas negras, así ven unas letras difíciles de ver sólo con lo negro. De esta manera ustedes lo ven como una página escrita y no como simples marcas en el papel, ustedes ven letras. Cuando miran una hoja que contiene palabras en un alfabeto extraño, pueden meramente ver marcas en el papel. Así se le presenta esta página a alguien que no sabe leer nuestro alfabeto.

Ahora veamos la Figura 3. La línea horizontal de abajo se ve más corta, ¿no es así? Y las cuatro líneas de la derecha no parecen ser completamente verticales. Sin embargo, lo que ustedes pueden ver y lo que pueden medir en estos casos es muy diferente. Las líneas horizontales son ciertamente de igual largo y las líneas verticales son paralelas.

fig 3

Figura 3

Ni en la figura 2 ni en la figura 1 pueden ustedes ver una cosa a un tiempo e interpretar otra cosa al mismo tiempo. Una interpretación es coincidentemente única una vez que el individuo aprende un paradigma científico, el mundo de esa ciencia se convierte en un mundo distinto. Él ve las cosas diferente de cómo las veía antes.

Lo que puede parecer central para su visión antes de aprender el paradigma puede ahora pasar a ser meramente un fondo o un fenómeno de segundo orden. Como en la figura 2, cuando ustedes aprenden a ver los espacios en blanco como “THE”, las marcas negras se hacen fondo. En las series de letras habrán notado que ciertas letras vienen en el alfabeto primero que otras, pero cuando ustedes aprenden el sistema, ese viene a ser un asunto irrelevante.

El escritor de un libro de texto científico tiene un problema muy difícil: él sabe el paradigma de la ciencia y está tratando de enseñar la ciencia a personas que no conocen ese paradigma. Muchos científicos piensan que todo lo que ellos tienen que hacer es presentar los hechos importantes, leyes y explicaciones, y si el estudiante aprende esto, entonces conoce la ciencia. ¡Pero no! El estudiante, antes de conocer una ciencia, debe aprender a ver los hechos, leyes y explicaciones en cierta manera –debe aprender un paradigma.

El paradigma no se puede sacar de los datos, ni tampoco de las leyes. Los científicos aceptan los paradigmas más que derivarlos. El paradigma está asociado con la forma en que un científico ve un conjunto de fenómenos.

Conocer el paradigma científico es esencial para extender la ciencia, de la misma forma en que entender la serie fue necesario para su extensión.

Consideren lo que puede ocurrir si ustedes intentan aprender un nuevo y extraño idioma. Ustedes pueden memorizar cada palabra e incluso ser capaz de hablar el idioma. También puden aprender las reglas, estructura y relaciones en el idioma. Las reglas son aprendidas lenta y dolorosamente, pero ellas llegan a ser automáticas, dando sentido a los mensajes en ese idioma.

Para ver cómo los paradigmas de diferentes ciencias pueden ser asociados con un evento singular, vamos a considerar una persona comiendo espagueti. Supongamos que un físico, un químico, un biólogo, un psicólogo y un antropólogo están viendo todos la misma situación conforme a su propio paradigma.

El físico puede ver el tenedor como un cuerpo rígido que está siendo usado como un elevador. Puede estar interesado en el problema de agarrar el espagueti con el tenedor, y puede notar que la fuerza de fricción tiene de a ser menor que la suma de la proyección de la fuerza gravitacional tangencial al plano del tenedor y la inercia del espagueti. El químico puede notar que el hombre está comiendo una harina, un homopolisacárido que resulta en glucosa cuando es completamente hidrolizada por los ácidos; puede apreciar el hecho de que la glucosa es una buena fuente de energía para el que se alimenta. El biólogo puede clasificar el espagueti, estableciendo que viene de determinada avena, o puede decir que es tragado de modo coordinado con la lengua, que inicia el peristaltismo. El psicólogo puede notar que a través de la experiencia el hombre ha aprendido a manipular hábilmente el tenedor y la cuchara (aunque a veces pierde el espagueti, causando una frustración medible), y que, debido al condicionamiento, el hombre saliva antes de que el espagueti llegue a la boca. El psicólogo también puede notar la dilatación de la pupila del que cena, indicando que el hombre disfruta el espagueti. El antropólogo puede notar que el espagueti es una fuente culturalmente aceptable de comida para ciertas subculturas occidentales y que es una parte integrante de ciertas funciones sociales, (tales como una cena de espaguetis).

Galileo explicó la limitación de la bomba de succión mediante una hipótesis ad hoc sugiriendo que una columna de agua se rompe aproximadamente a los 11.22 metros y entonces no puede succionar más allá de eso. La misma idea puede ser ilustrada por el estiramiento de una bola de chicle. Llega un punto en que se rompe. Ustedes pueden intentar estirar una gota de agua por una corta distancia tocándola en un punto y empujándola; notarán que es muy difícil porque la gota pronto se rompe. Galileo entendió que el agua se rompe por su propio peso aproximadamente a los 11.22 metros y entonces ese es el límite de la bomba.

Evangelista Torricelli, un estudiante de Galileo, se interesó en este fenómeno, y por alguna razón, no aceptó las explicaciones de Galileo. Torricelli imaginó un nuevo esquema conceptual en el que la razón por la que el agua sube en la bomba de succión se debe a que el agua se encuentra en un océano de aire y el aire empuja el agua hacia abajo. Si el aire es removido por debajo de un punto, el aire empuja hacia abajo el resto del agua forzándola por el área del que el aire fue removido. Ustedes pueden observar este mismo fenómeno poniendo un barco en un tubo de agua. El barco forza al agua por debajo de sí y el agua lo compensa subiendo por los costados del barco. La explicación de Torriccelli de por qué el agua sube sólo 11.22 metros es análoga a la del barco. El barco desplazó sólo tanta agua como su peso. El agua que sube en la bomba, sube sólo hasta su peso. Por encima del agua que subió, Torriccelli pensó, ¡tenemos un vacío! Probó su teoría como mejor a la otra. Aunque el viejo paradigma siguió el nuevo paradigma, llegó a ser la forma en que la mayoría de los científicos vieron el tema.

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Sin embargo, en las ciencia sociales, ningún esquema ha sido jamás aceptado por todos los científicos. Es la falta de paradigmas consistentes lo que lleva a algunas personas a creer que las ciencias sociales no son ciencias.

Cuando dos individuos en una ciencia miran el evento de la misma manera desde diferentes paradigmas, ellos ven simultáneamente diferentes cosas, diferentes hechos como asunto central de la ciencia. En un sentido ellos ven atrás al otro. Los autores de los libros de texto introductorios en las ciencia sociales a menudo presentan algunos hechos en un paradigma y otros hechos en otro. La presentación conflictiva lleva a los estudiantes a una confusión, quien así se hace una visión incoherente de ese campo.

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Referencias:

MCCAIN G. Y SEGAL E., The Game of Science, Brooks/Cole, Monterey, Calif., 1973. Trad. De J. Serrano y J. C. Baena. Capítulo 4.

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

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El Juego de la Ciencia febrero 19, 2014

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Objetivos:

En esta sesión, los alumnos identificarán las características que definen el conocimiento científico y lo distinguirán de otros tipos de conocimiento: hechos, datos, leyes y explicaciones.

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El Juego de la Ciencia

Imaginen que la ciencia es como un juego, como un partido, en el cual, hay jugadores, hay reglas, hay espectadores, hay árbitros… Si pensamos que la ciencia es un juego de este tipo, veremos que es importante conocer el papel de los jugadores, las reglas y las técnicas para hacer la ciencia. Así ustedes podrán aprender el juego y participar. ¿Les gustaría?

Reglas y Conceptos

Los criterios para aceptar o rechazar una propuesta como verdadera, son la lógica de los argumentos de la propuesta así como la relación de los argumentos con los datos.

Como cualquiera, los científicos pueden cometer errores o desviarse por culpa de emociones o premisas falsas, pero las reglas para sus decisiones deben estar bien entendidas. Estas reglas se han desarrollado a lo largo de siglos de esfuerzo de filósofos y científicos. Ellos han concebido y ensayado diversas aproximaciones a la ciencia.

Mientras juega el juego de la ciencia, un científico no toma decisiones basándose en la fe (puede hacer conjeturas, pero éstas quedan abiertas para su estudio); no toma decisiones por motivos de poder, ni basándose en recompensas económicas o basadas en su auto-protección. Un científico tiene que ser intelectualmente honesto. Las bases de sus decisiones como científico deben ser la observación de los eventos y el intentar explicarlos.

Las decisiones y conclusiones de un científico son validadas por los datos, pero los datos en sí mismos no son ciencia.

Tener un conocimiento no es lo que hace a un científico. Es el método por el que se busca el conocimiento el que determina si uno está jugando el juego de acuerdo con las reglas.

La verdad o falsedad de las posiciones no es crítica para determinar su estatus científico. Sólo el método por el que llegan a postularse es crítico. La aceptación de estas posturas, durante la edad media por los escolásticos no era científica, porque para ellos la verdad dependía solamente del hecho de que Aristóteles mantenía esas posiciones.

Ciencia versus Dogma

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Un científico al comunicarse con otros, tiene la tarea de convencer al oyente de la validez de sus afirmaciones en términos de los datos y su explicación. Él no estaría jugando correctamente el juego de la ciencia si busca apoyos mediante su prestigio o personalidad. Es importante para el que oye y que respeta al científico, evaluar lo que éste dice mas que aceptarlo sólo porque es él quien lo dice.

Es el sistema de explicación basado en los datos lo que distingue la ciencia del dogma. Los científicos tienen tanto el derecho como la responsabilidad de decidir por ellos mismos, sobre la base de la evidencia disponible, la mejor explicación para un conjunto de fenómenos. Por otra parte, el dogma (religioso, político, social o de otro tipo) depende de los pronunciamientos de las autoridades establecidas (por ejemplo, el dogma de que la tierra fue creada hace 4000 años). La meta del estudiante de dogma es aceptar los pronunciamientos como le han sido dados. Si el está en desacuerdo con el dogma, entonces no está jugando correctamente el juego del dogmatismo.

Las posturas teóricas de muchos científicos han sido hechas dogma por sus seguidores. Es decir, los seguidores aceptan las posturas de los científicos como verdades absolutas. Algunos de esos desafortunados científicos fueron Aristóteles, Ptolomeo, Lamarck y Freud.

Tu comprensión del juego de la ciencia puede ser ayudado por una breve descripción de los hechos, datos, leyes y explicaciones, junto con la discusión de sus similitudes y diferencias.

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Hechos y Datos científicos

Hay desacuerdo entre los científicos sobre qué constituye un hecho científico. El término es regularmente usado en al menos dos formas. Una es llamar una ley muy bien  establecida como un hecho. (Se habla de las leyes en la siguiente sección). Otra es usar el término hecho para referirse a la ocurrencia actual de un evento. Esta última será la definición usada en este libro.

El término “hecho” y el término “dato” se confunden cuando se refieren a un evento concreto. El “hecho” es la ocurrencia actual de un evento, mientras que el “dato” es registrar ese evento. En otras palabras, el dato es la representación de un hecho por cientos medios que son relativamente permanentes, dado que el hecho es algo que pasa para siempre. El dato es comúnmente registrado en una forma simbólica (palabras o números) mientras el evento es observado.

Considere las siguientes cuatro afirmaciones:

1. Hay 12 libros en el escritorio del profesor Rocha en este momento.

2. Hubo una tormenta en San Salvador ayer en la noche.

3. La temperatura exterior es de 30° Centígrados.

4. Ella viajó 462 kilómetros en carro las dos últimas veces que llenó gasolina, y en esta ocasión puso 35 litros de gasolina.

Según se ha dicho, estas afirmaciones son datos. Los eventos a los que se refieren, son hechos. En cuanto datos, están incompletos porque no definen adecuadamente a qué eventos se refieren específicamente.

De acuerdo a las definiciones que estamos usando, la siguiente lista no corresponde a actos, sino a leyes, generalizaciones o inferencias.

1. Los profesores tienen muchos libros en sus escritorios.

2. Llueve mucho en la primavera.

3. Las tardes son  calientes.

4. Su auto rinde aproximadamente 13.2 kilómetros por litro.

La principal diferencia entre estos dos conjuntos de sentencias es que el primero describe eventos individuales, mientras que el segundo conjunto describe clases de eventos. Conforme a esta definición, los hechos son eventos singulares que ocurren en un momento dado. Sin embargo, para que un evento sea admisible como un hecho científico se tienen que realizar otros criterios básicos. El primer criterio es muy importante aunque no es fácil de explicar.  El evento corresponde a una clase, en principio, más de una persona podría describirlo. Este criterio es conocido técnicamente como “probabilidad intersubjetiva”. La posición actual de muchos científicos es que nada es admisible como hecho científico a menos que se pueda probar intersubjetivamente.

Un segundo criterio para que un evento sea admitido como hecho es que se requiere un gran acuerdo entre diversas personas a la hora de describirlo. El criterio de confiabilidad se relaciona de alguna manera con el criterio de probabilidad intersubjetiva. Ésta requiere que un evento esté abierto a su conocimiento público y no sólo individual. La confiabilidad requiere que el evento sea descrito en tal forma que diferentes individuos puedan estar de acuerdo en la descripción. La fiabilidad está asociada con el criterio de precisión. Ustedes pueden describir la temperatura como caliente, pero otras personas también. La descripción de una persona como “cálido” describe una gama de temperaturas que probablemente sean similares, aunque algo distintas de lo que sería para ustedes. Pueden hacer tanto más confiable como precisa la descripción usando un termómetro y diciendo que la temperatura es de 30ºC. Al describir la temperatura de esta manera, ustedes distinguen con mayor precisión éste de otros eventos y, diferentes individuos pueden estar de acuerdo en el cuidado de la descripción.  La precisión es una de las metas de la descripción científica de los eventos.

En suma, hay tres criterios principales que se aplican a los eventos para juzgar si son admitidos como datos científicos: (1) El evento que es aceptado como hecho científico, es singular. Los Datos representaciones simbólicas de eventos particulares. Las Interpretaciones y generalizaciones dadas a esos eventos no son en sí mismas, Datos. (2) El evento debe, en principio, estar disponible para la comprobación pública. No se requiere que sea percibido por más de una persona, pero sí debe ser una clase que pueda ser percibida por más de una persona. (3) La descripción del evento debe ser tal, que diferentes personas estén de acuerdo en que el evento es como ha sido descrito, tan específicamente como sea razonable.

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Leyes científicas

¿Qué son las leyes científicas? Las leyes son proposiciones que describen diferentes propiedades que vienen unidas a un tipo de evento o en ciertas secuencias de tipos de eventos. Las leyes son descripciones de relaciones relativamente constantes entre ciertos tipos de fenómenos. No se refieren a ningún evento en particular sino a todo aquel que cumpla con las leyes definidas por la ley.

Los científicos esperan que todos los eventos tengan las propiedades necesarias para que correspondan a una ley.

Los problemas surgen para los científicos cuando un evento que se supone que obedece a una ley, no lo hace. El evento siempre es correcto. Si un evento no obedece una ley como debería, entonces es la ley la que está mal, no el evento. Debe haber errores de medición o de interpretación. Si una ley ha sido repetidamente confirmada, el científico es muy renuente a modificarla.

La discusión sobre las leyes científicas puede ser muy abstracta. Veamos algunos ejemplos. Existe una muy vieja ley científica que dice que las cosas caen. Esta ley significa que todo evento con la propiedad de la “objetualidad” se mueve en dirección al centro de la tierra cuando se le quita un soporte. Como todas, esta ley tiene aplicaciones y limitaciones. El globo de un niño si se llena de helio, no cae, sino que sube. Así que debe ponerse un cualificador. Después de mucha investigación experimental, los científicos encontraron que el “soporte”, también incluye al aire. El aire es un fluido y tiene peso. Por lo que puede soportar cualquier cosa que con un volumen dado, pese menos que el aire. Así como un barco se hunde hasta que desplaza suficiente agua que pesa tanto como él, pero no más, un globo subirá hasta que desplace aire que pesa menos que el globo.  Si el aire que lo soporta es quitado, el globo caerá. Nota que una ley científica depende de muchas condiciones, no sólo una. Continuando con el mismo ejemplo, uno puede preguntar “¿Qué pasa con las aves y los aviones? Ellos no se caen todo el tiempo”. La respuesta a esta cuestión no es tan simple, pero esencialmente nos lleva a limitar las condiciones donde se aplica la ley.  Ciertas superficies, como las alas, cuando se mueven por el aire, crean cierto vacío que, en efecto, incrementa el volumen de aire desplazado hasta que el peso del aire desplazado es comparable al objeto con alas. Así que las aves y los aviones caerían salvo porque en vuelo, sus alas generan una fuerza que contrarresta la caída.

Hay cuatro criterios que se aplican a todo postulado antes de poder aceptarlo como ley científica: (1) El postulado debe referirse a tipos de eventos y no directamente a algún evento singular. (2) El postulado debe mostrar una relación funcional entre dos o más clases de eventos («clases de eventos» se refiere tanto a cosas como propiedades de las cosas). (3) Debe haber una gran cantidad de datos que confirman la ley y pocos o ninguno que la contradicen. (4) La relación debería ser aplicable a muy diferentes eventos (aunque puede haber condiciones limitantes).

Explicaciones Científicas

Las explicaciones son el intento de desarrollar un marco en el que puedan ser vistos y comprendidos eventos y datos. Una explicación tiene que ser un esquema conceptual  que organiza y extiende los datos. Su verdad o falsedad tiene que ser demostrada.

Las explicaciones de un científico no ayudan a la ciencia a menos que él convenza a otros científicos que tiene una explicación. Al estar explicando una posición, el científico a menudo encuentra nuevos e inesperados problemas y entonces tiene que realizar un esfuerzo adicional para aclarar su posición. En orden a presentar una posición a otros, el científico tiene que evaluar objetivamente su propia postura.

La Naturaleza Pública de la Ciencia

Entre las razones principales para comunicar los descubrimientos científicos es informar a otros sobre ellos. Convencerse uno mismo y a los demás de la validez de un descubrimiento puede ser importante para el avance del conocimiento de uno mismo, pero la sociedad en su conjunto también debe informarse. Sólo después de que el conocimiento científico es comunicado a los científicos aplicados y los practicantes puede este ser empleado para el beneficio de la sociedad. También, sin una comunicación abierta y libre, la gente desperdiciaría años en investigar un mismo problema. Habría un gran desperdicio de esfuerzo y habilidad científica si un científico tuviera que andar los mismos pasos ya caminados por otros. Finalmente, sólo mediante la libre comunicación en libros y medios masivos puede el público aprender acerca del hombre y del mundo.

La Incertidumbre de la Ciencia

Aunque el científico busca comprender, no lo logra nunca completamente. El juego de la ciencia no tiene fin, todas las conclusiones son tentativas. La mayoría de los científicos están relativamente seguros de la precisión de algunas leyes y explicaciones comúnmente aceptadas, pero los científicos no tienen garantías de que así sea. La base del problema es lógica. Los filósofos de la ciencia creen que la certeza en las ciencias naturales es lógicamente imposible. Y si ningún experimento puede aportar una certeza absoluta (porque siempre existen algunas variables no controladas), nosotros no podemos saber con certeza si es verdadero.

Nosotros tenemos ciertos conocimientos. Por ejemplo, que la suma 2 + 2 = 4 se puede derivar por definiciones. Sin embargo, no sabemos con certeza que 2 manzanas puestas en una canasta, puestas junto con otras 2 manzanas, darán 4 manzanas. Nosotros estamos muy seguros que sí darán, pero no estaremos completamente seguros.

Este es un concepto difícil de comprender, pero es importante entender los límites de la ciencia. Hay dos formas para saber con certeza que una propuesta es verdadera: (1) definirla como verdadera, o (2) derivarla lógicamente de postulados que han sido definidos como verdaderos.


Bibliografía: MCCAIN G. Y SEGAL E., The Game of Science, Brooks/Cole, Monterrey, Calif., 1973. (Trad. de J. Serrano – J. C. Baena), Capítulo 3.

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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La ciencia como construcción del conocimiento (y de la realidad) parte 2 febrero 12, 2014

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Objetivos:

Con esta unidad el alumno describirá la evolución del pensamiento científico en la era moderna, así como sus características y motivaciones.

La Construcción del Conocimiento[1]

Anteriormente hemos presentado la forma en que en la antigüedad se comenzó a elaborar el pensamiento científico, en esta sesión, presentaremos las características como se ha venido dando la evolución de la ciencia en la era moderna y en la postmodernidad.

La modernidad: una representación cuantitativa de la realidad

El sistema de representación de los modernos, como ya se ha dicho, consideró como pensable y, por consiguiente, como real, sólo lo manifestado cuantitativamente. De conformidad con esto, la ciencia con sus preguntas, con su método y sus respuestas, tiene que ajustarse al lenguaje y a las leyes de las matemáticas.

1º. La ciencia es definida como un discurso crítico y progresivo para determinar en la experiencia lo que es sometible a medida y cálculo.

2º. Los problemas son formulados en términos de ¿cómo debe ser representado un fenómeno para que su ciencia sea ciencia matemática?

3º. El método utilizado por los modernos es el matemático-experimental. Para ellos no es suficiente la simple observación, pues ella está contaminada por el relativismo propio de lo cualitativo. Se trata de interrogar la realidad en lenguaje matemático y descifrar las respuestas según las leyes de las medidas y de la interpretación matemática.

4º. El resultado de la ciencia moderna fue la reconstrucción del mundo, como un conjunto de relaciones calculables entre fenómenos y de regularidades entre las variaciones de un mismo fenómeno. De esta manera el mundo de los modernos no es un mundo dado sino un mundo construido a partir de las matemáticas.

5º. El objetivo fundamental que se dieron los creadores de la nueva ciencia fue la de convertir a la realidad en «materia prima» para las diversas prácticas del hombre. El mundo dejó de ser objeto de la pura contemplación para convertirse en objeto de manipulación y transformación en función de su utilidad para el bienestar y la felicidad terrestre del hombre. Si la naturaleza sirvió a los medievales para cantar la gloria de Dios, el mundo transformado por la ciencia ha permitido cantar la gloria del hombre. Dirije tu mirada hacia donde la dirijas, verás la obra del hombre.

ciencia-modernaPero, así como la síntesis sobre la ciencia antigua necesitó de algunas aclaraciones, también aquí tenemos que hacer algunas observaciones.

En primer lugar debemos decir que la «revolución científica» de la modernidad no constituyó una ruptura repentina y violenta de la visión anterior. Esta revolución necesitó más de dos siglos para su desarrollo. Ella fue el fruto de un penoso trabajo que nada tuvo de lineal. Su historia está plagada de contradicciones, malentendidos y saltos cronológicos. Y ella fue posible gracias a la interacción de múltiples factores: no sólo al uso de las matemáticas y del método experimental, sino también a la existencia de nuevas condiciones sociales, materiales y formales e, inclusive, a la posibilidad de utilizar propuestas y esbozos teóricos de los antiguos.

La unificación de la ciencia, de la tecnología y de la técnica, fue un proceso que se inició en los siglos XV y XVI. Un grupo de artesanías llamó la atención de hombres instruidos (navegación, milicia, minería, cirugía) y los sabios comenzaron a valorar gradualmente la experiencia artesanal, para realizar la idea de la realización de experimentos controlados. De este contacto y del enriquecimiento mutuo entre el trabajo de los sabios, artesanos y artistas surgió ese saber que hoy en día llamamos «ciencia» como un enfoque de investigación de la naturaleza. Pero repitámoslo: fue fruto de un largo y paciente proceso.

Galileo Galilei, Italian astronomer

Deben darle importancia a lo anterior: la creación científica no es fruto de un día. Ella exige paciencia y trabajo en equipo. ¿Tienen ustedes paciencia y se sienten capaz de trabajar en equipo?

Por otra parte, la creación de la nueva ciencia coincidió con el trabajo de los humanistas renacentistas dedicados a redescubrir los textos de la ciencia antigua. El axioma fundamental de la mecánica, por ejemplo, según el cual «todo cuerpo conserva su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme, mientras no se lo impidan fuerzas externas», no fue el resultado del conocimiento de «datos» objetivos o de la utilización del método experimental. Todo lo contrario. Su formulación atentó, en su momento, contra el sentido común. Si se formuló, fue gracias al conocimiento de los textos de la antigua ciencia que le permitió a Copérnico destruir el cosmos geostático de los griegos; a Galileo su platonismo y experimentos mentales; a Newton la axiomatización de las leyes del movimiento; y a todos ellos, la reformulación de la filosofía corpuscular de los atomistas. Nos encontramos, pues, ante una compleja elaboración a la cual contribuyeron factores de tradiciones muy diversas y no a una lectura directa del libro de la naturaleza.

La lectura que hicieron los renacentistas de las obras científicas de los antepasados también tiene mucha importancia para ustedes. No se puede crear ciencia si se desconoce la historia de las ideas científicas. ¿Podrían decir por qué?

Como ya lo hemos dicho, la ciencia está condicionada por factores sociales, materiales y formales. Fueron muchos los factores sociales que posibilitaron la nueva representación cuantitativa de la realidad: la burguesía en ascenso que vio, muy prontamente, en una ciencia orientada al dominio de la realidad, un instrumento para acrecentar su poder económico y político; la escala de valores y el género de actividades del nuevo hombre «económico» que implicaban una superación de la dicotomía griega entre teoría y praxis, entre mente y manos; la convicción protestante que el éxito en las empresas humanas constituían un signo de predestinación; la creciente demanda social de conocimientos útiles; la nueva visión del hombre como «microcosmos operativo» en contraposición a la visión medieval del hombre como simple «microcosmos sustancial figurativo».

No se puede afirmar, para dar un ejemplo, que la síntesis de Newton se puede explicar como una superestructura ideológica del régimen burgués impuesto en la Inglaterra de 1648. Pero tampoco se puede negar que la libertad intelectual, la capacidad organizativa y los estímulos dados por el régimen y la sociedad de ese entonces a la Royal Society, permitieron esta síntesis, su éxito, su hegemonía y su significado para una definición del Siglo de las Luces. Compárese esta situación con la de Galileo y sus compañeros italianos, quienes dentro de un contexto social y religioso, dominado por la tradición medioeval, se vieron impedidos de aportar lo que ellos habrían podido aportar.

La nueva ciencia también fue posibilitada por las nuevas condiciones materiales. El progreso tecnológico y la invención de instrumentos de investigación no sólo posibilitaron la creación de la nueva ciencia, sino que incidieron directamente en la forma de pensar y de ver la naturaleza: ésta podía «desmontarse», someterse a pruebas y reconstruirse a semejanza de lo que podía hacerse con las máquinas, por ejemplo, con un reloj.

Ustedes sin duda saben que los creadores de la nueva ciencia, entre otros Newton, consideraron a Dios como un relojero.

newton

La razón, al apropiarse de la naturaleza como si se tratara de una máquina, la convertía en algo artificioso, en algo no sagrado, en algo que dejaba de ser objeto de contemplación para convertirse en un conjunto de piezas manipulables de acuerdo con el arbitrio humano. Ante esta acción «pecaminosa» del hombre, no son de extrañar las resistencias de orden psicológico y religioso que quisieron obstaculizar la marcha triunfal del método experimental.

En cuanto a los factores formales que condicionan la producción de la ciencia, es suficiente recordar, brevemente, que la ciencia moderna no hubiese sido posible sin el desarrollo del cálculo infinitesimal.

Hoy en día, acostumbrados a que las teorías cambian de la noche a la mañana, no nos es fácil imaginar lo que significó para la humanidad la síntesis de Isaac Newton. Después de veinticinco siglos de dominio de la visión de Ptolomeo, los hombres habían logrado tener una visión del universo que daba respuesta a interrogantes que durante siglos habían estado en suspenso, que llenaba vacíos, que corregía falsas perspectivas y que predecía, inclusive, la existencia de otros planetas sólo a base de cálculo. Nada de raro, entonces, que el reconocimiento de éste éxito le hubiese otorgado a la física una hegemonía sobre todo el saber, hasta ser convertida en la instancia última para decidir sobre la cientificidad de todo decir humano. Desde entonces, hasta no hace mucho, se consideró como científico sólo aquel saber que, gracias al uso del método experimental y matemático, se organizaba según el modelo de la física inercial y gravitacional. Se puede citar, como ejemplo, el caso de aquella psicología que, bajo la hegemonía de la física, decidió que nuestras ideas y sentimientos tenían que ser analizados y explicados como el resultado de una atracción al estilo de la existente entre los corpúsculos elementales o entre los grandes cuerpos celestes.

La postmodernidad: los discursos científicos

Hoy en día la ciencia es vista desde otras perspectivas, como consecuencia del desarrollo de las diversas ciencias, de las nuevas exigencias sociales y, sobre todo, de los avances alcanzados por la reflexión epistemológica sobre la forma como la ciencia construye sus objetos, sobre los múltiples métodos mediante los cuales son construidos dichos objetos, sobre la incidencia de los proyectos en la elaboración de los métodos, sobre los intereses sociales, económicos y políticos que determinan la formulación de los proyectos y, finalmente, sobre el poder de lo ideológico que contamina los intereses que acompañan necesariamente toda investigación.

La reflexión epistemológica se inició simultáneamente con la síntesis realizada por Newton. En medio del júbilo a que dio origen aquella síntesis, el empirismo inglés se planteó en forma nueva el problema del conocimiento. Su esfuerzo se dirigió a comprender el método con el que operaba la ciencia. Su reflexión los llevó a rechazar las certezas metafísicas que contaminaban la física newtoniana: el espacio y el tiempo absolutos, la armonía del universo, la constancia de la naturaleza. Su crítica a los conceptos de la causalidad y a la ley natural objetiva, redujeron la ciencia a una descripción probabilística de las relaciones entre los fenómenos que se repiten habitualmente ante los sentidos. Esta reducción contenía en germen la convicción actual de que toda teoría tan sólo es una explicación provisional y que, por consiguiente, ella no es una representación plenamente objetiva que elimine por completo la intervención del sujeto.

logoKant llevó adelante esta crítica epistemológica acentuando la participación del sujeto en la creación de la ciencia. Para él, los presupuestos conceptuales de la física -espacio, tiempo, orden de la naturaleza, leyes- adquieren necesidad y universalidad sólo sí se les conoce como estructuras a priori de la sensibilidad y del entendimiento humano. El yo kantiano, como legislador de la naturaleza» aclaraba el éxito de la revolución científica que «había podido dar» leyes a la naturaleza, gracias a no haberse restringido simplemente a registrar pasivamente el acontecer de la realidad.

La misma reacción del romanticismo contra la unilateralidad y hegemonía de la ciencia cuantitativa implicaba, en sí misma, una crítica epistemológica sobre la validez y alcance de la física: su defensa del «sentimiento de la naturaleza», su misma nostalgia de la Edad Media, su desprecio por la «medida» racional de la ciencia, su tendencia a convertir a la naturaleza en el reino de la fantasía y de las creaciones inefables, expresaban su convicción íntima de que la ciencia cuantitativa sólo es una de las perspectivas posibles que le era dado al hombre asumir frente a la riqueza significativa de la realidad.

La reflexión epistemológica se ha acentuado en este siglo. Imposible hacer un recuento de todos sus resultados. Pero sí vale la pena resaltar algunos de ellos. En primer lugar, se ha puesto en claro que la esperanza de una representación exhaustiva, y definitiva del universo físico se presenta cada vez menos realista. Citemos un texto de Einstein: «Entre todas las posibles imágenes del mundo, ¿qué lugar ocupa la que ha creado el físico? … la nitidez, la claridad y la certeza no se obtienen más que a expensas de la plenitud. ¿Que atractivos ofrece entonces el conocimiento de un sector tan limitado de la naturaleza cuando se descuida, por timidez, todo lo que resulta más complicado y delicado? ¿Merece acaso el resultado de un esfuerzo tan modesto el término orgulloso de teoría del universo con el que se le denomina?» (Ideas y Opiniones, p. 214).

En segundo lugar, la reflexión epistemológica ha permitido comprender cómo no existe «La Ciencia» ni «El Método Científico», en singular y con mayúscula y que, por consiguiente, la física y su método no constituyen el paradigma exclusivo que nos permitiría reconocer cuándo un saber es un saber científico. Hoy en día se considera, inclusive, que no se debería hablar de «las ciencias» sino de los «discursos científicos», pues al análisis, a la comprensión teórica y a la solución práctica de cualquier fenómeno deben concurrir discursos elaborados en muy diversos campos del saber. Al análisis y comprensión, por ejemplo, de la célula tienen que concurrir la física, la química, la estadística, la sociología, etc.

En tercer lugar, se ha puesto de manifiesto que el conocimiento humano es un continuo; que no existe discontinuidad entre lo natural y lo social (o cultural), mutuamente el uno influye y condiciona al otro.errar-mafalda

En cuarto lugar, hoy sabemos cómo en la práctica científica no existe nada de inmutable ni verdades absolutas, pues toda teoría es una explicación provisional y todo objeto del saber es el resultado de una construcción histórica llevada a cabo dentro de determinadas condiciones materiales (existencia de la infraestructura necesaria para la investigación), formales (desarrollo de la lógica y de las matemáticas) y sociales.

falibilismo

Actividad FC 5

Revisar con detenimiento el siguiente artículo del Dr. en Física y Dr. en Filosofía, además de ser sacerdote católico, Mariano Artigas: http://www.unav.es/cryf/conocimientofiablidadyfalibilismo.html

Hacer un breve ensayo individual (de entre 1000 y 1200 palabras) sobre los planteamientos que presenta el falibilismo para la ciencia y sus implicaciones para otros campos del conocimiento y de la vida concreta.

 Éxito:

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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[1] HERRERA D., Teoría social de la ciencia y la tecnología, UNAD, Bogotá, 1998. Capítulo1, La ciencia, pp. 5-46.

La ciencia como construcción del conocimiento (y de la realidad) febrero 5, 2014

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Objetivos:En continuidad con los tópicos anteriores, los alumnos definirán la ciencia como una construcción, como un proceso que se viene elaborando mediante la colaboración de mucha gente y a lo largo del tiempo, acumulando conocimientos y experiencias.

¿Ustedes creen que la Ciencia consiste en explicar la realidad, en analizarla objetivamente y describirla de manera sistemática?

Sólo en parte. Estamos acostumbrados a concebir la ciencia como el conocimiento verdadero, como el conocimiento objetivo, completo y verdadero de la realidad… pero no es así.

Como veremos en las siguientes lecturas, la ciencia es un estudio de la realidad, pero no como es en sí misma, sino como se le presenta al ser humano que la quiere estudiar y que para conocerla, necesita adaptarse y adaptar el objeto. Por eso podríamos decir que la ciencia es la descripción de la realidad conforme a los sistemas que el mismo hombre construye para poner a su alcance una realidad demasiado compleja para entenderla en sí misma.

Henri Poincaré nació en París en 1854 y murió en 1912. Fue un célebre matemático y físico, que estudió el sistema solar y la gravedad en equilibrio. Revisemos este texto:

Lectura Complementaria

¿Qué es la ciencia?

Henri Poincaré

«Es, en primer lugar, una clasificación, un modo de relacionar hechos que las apariencias separan, aunque estén ligados por algún parentesco natural y oculto. En otros términos, la ciencia es un sistema de relaciones. Ahora bien, solamente en las relaciones debe ser buscada la objetividad; sería en vano buscarla en los seres considerados como aislados unos de otros.

Decir que la ciencia no tiene valor objetivo porque no nos hace conocer más que relaciones, significa razonar al revés, puesto que, precisamente, son las relaciones las únicas que pueden ser consideradas como objetivas. Por ejemplo, los objetos exteriores para los cuales ha sido inventada la palabra objeto, son justamente objetos y no apariencias fugitivas e inasibles, porque no son sólo grupos de sensaciones, sino grupos unidos por un vínculo constante. Sólo este vínculo es objeto en ellos, y este vínculo es una relación. Por lo tanto, cuando nos preguntamos cuál es el valor objetivo de la ciencia, eso no quiere decir: «¿nos hace conocer la ciencia la verdadera naturaleza de las cosas?», sino ¿nos hace conocer las verdaderas relaciones de las cosas?» A la primera pregunta nadie osaría en responder no, mas creo que se puede ir más lejos; no solamente la ciencia no nos puede hacer conocer la naturaleza de las cosas, sino que nada es capaz de hacérnosla conocer, y si algún dios la conociera, no podría encontrar palabras para expresarla. No solamente no podemos adivinar la respuesta, sino que si nos la dieran, no podríamos comprender nada; me pregunto aún si comprendemos bien la cuestión. Entonces, cuando una teoría pretende enseñarnos qué es el calor, o la electricidad, o la vida, está condenada de antemano; todo lo que puede darnos no es más que una imagen grosera… La única realidad objetiva (que conoce la ciencia) son las relaciones entre las cosas, de las que resulta la armonía universal».

poincare

El valor de la ciencia, pp. 167-6

Lectura Complementaria

La Construcción del Conocimiento Científico

Jean Ullmo

«La ciencia busca sus objetos, los construye y los elabora; no los encuentra «hechos ya», dados en la percepción o en la experiencia inmediata. El mundo de la ciencia es una construcción; los métodos de esta construcción constituyen la primera etapa de la ciencia, pero no la más fácil.

Cualquier bachiller sabe que la física es la matematización de la naturaleza. El instrumento matemático se ejerce sobre los números proporcionados por la medida, y produce deducción y previsión. Pero queda aún por comprender cómo se efectúa esta matematización y por qué ejerce una influencia sobre los objetos que le propone la construcción realizada…

Aplicaremos aquí, desde el principio, el método primero de la ciencia; ella muestra lo que dice. No puede uno confiar en las palabras para evocar lo que se quiere en el pensamiento de los demás; hay que proporcionar al otro un procedimiento exacto para que pueda volver a hallar, por sus propios medios, lo que está en cuestión y alcanzarlo con seguridad por sí mismo.

La medida es el ejemplo más sencillo de este procedimiento. Dados (o sobrentendidos) un patrón de longitud y una regla de medición, cuando digo que esta mesa mide dos metros de largo y un metro de ancho, induzco implícitamente al que me escucha a aplicar esta regla, a repetir estas operaciones de medida proporcionadas por estos números; y me comprende porque es capaz de efectuar estas operaciones y prever sus resultados.

Hace mucho tiempo que este privilegio de la medición: regularidad, repetibilidad, ha sido percibido más o menos confusamente. Pero se ha dado un paso decisivo al comprender que es la misma medida la que define la magnitud de lo que se va a medir; esta última no preexiste a la medida, como una intuición rudimentaria lo hizo creer durante mucho tiempo. Este importante descubrimiento se ha precisado y generalizado por la noción de definición operatoria.

Una definición operatoria es una definición que entraña la descripción de un procedimiento regular para localizar, medir y, más generalmente, alcanzar e identificar el concepto definido.

La primera exigencia metodológica de la ciencia es la de no utilizar en sus enunciados más que conceptos definidos así. Toda noción introducida de este modo entraña una experiencia virtual, como anteriormente las dimensiones de la mesa. Como dice acertadamente Bachelard:

«La experiencia forma cuerpo con la definición del Ser. Toda definición es una experiencia» y con una fórmula más acertada aún: «Dime cómo te buscan y te diré quién eres»».

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El Pensamiento Científico Moderno, pp. 21-23.

Antes de pasar a otro tema haremos una revisión histórica que les permitirá ver cómo se han sucedido las principales representaciones que la ciencia se ha hecho de la realidad.

La Ciencia: Una revisión histórica

La antigüedad: una representación cualitativa de la realidad

Antiguos y medievales crearán una ciencia de carácter cualitativo. Según su representación de la realidad, sólo era pensable aquello que se manifiesta cualitativamente a través de los sentidos, a saber, las llamadas esencias universales. De aquí que:

1o. La ciencia fue definida como un conjunto de proposiciones y de razonamientos lógicos que expresaban la realidad permanente e inteligible que existe más allá de lo fenoménico, es decir, las sustancias, causa de los fenómenos observados.

2o. Los problemas planteados por esta ciencia decían relación a una pregunta fundamental: ¿Cómo debe ser concebida una determinada realidad en sí misma de conformidad con las cualidades aprehendidas por los sentidos?

3o. El método para responder al anterior interrogante estaba constituido por el doble proceso de la inducción y la deducción. Inicialmente el investigador mediante la inducción pasaba de los hechos percibidos por los sentidos a una generalización que le permitía definir la forma sustancial o la esencia de algo. Alcanzada la definición procedía, a partir de ella, a demostrar silogísticamente por deducción que los efectos observados se pueden derivar de la definición dada. De este modo, los efectos observados se explican al ser demostrados a partir de un primer principio que es su causa. Para Aristóteles todos los efectos son atributos de una sustancia y se demuestra la causa de un efecto cuando el efecto (color, tamaño, forma,, etc.) puede ser predicha como atributo de la sustancia definida. Según esto, la ciencia se reduce a un conjunto de proposiciones de sujeto-predicado y no a proposiciones que expresen relaciones numéricas, como lo pensará la ciencia moderna.

Vale la pena recordar que Aristóteles estableció una separación tajante entre física y matemática. Según él, el proceso inductivo permite distinguir tres grados de abstracción, cada uno de los cuales revela un aspecto diferente de la realidad, y constituye el punto de partida para distinguir tres ciencias: la física, la matemática y la metafísica. El objeto de la inducción física es el cambio y el movimiento de las cosas materiales; el de la inducción matemática es el aspecto cuantitativo de dichas cosas materiales; y el de la inducción metafísica, la sustancia inmaterial con existencia independiente. De acuerdo con esto, las matemáticas no podían dar cuenta de la causa de los fenómenos observados. Ellas sólo podían describir los aspectos cuantitativos; de ninguna manera explicar diferencias como, por ejemplo, la del movimiento de los cuerpos hacia arriba o hacia abajo. Los modernos, al expresar los problemas científicos en términos de relaciones numéricas entre fenómenos, superan la separación de la física y de las matemáticas y abren el camino para alcanzar la meta de la ciencia moderna: la matematización de la física con la cooperación de la experiencia.

4o. El resultado de la ciencia griega fue la representación del mundo como una suma de realidades, definidas y ordenadas jerárquicamente según el número y perfección de las cualidades de cada una de ellas.

5o. La finalidad de esta ciencia griega fue la de conocer y contemplar este mundo tal como «es», es decir, como mundo cualitativamente jerarquizado. Añadamos que los medievales utilizaron esta contemplación para cantar la gloria y grandeza del Dios Creador.

La anterior descripción sintética de lo que fue la ciencia antigua merece algunas observaciones.

En primer lugar, se debe admirar el esfuerzo de estos pensadores para compaginar los datos de la observación sensible con los principios lógicos que defendían y con la concepción racional de un mundo visto antropomorficamente en una forma tan coherente y funcional como el que, siglos más tarde, defenderá la modernidad. En verdad los «errores» imputables a esta visión los encontramos allí donde, al no respetar los datos de los sentidos o al darles un alcance que no tenían, fueron lógicamente incoherentes con su axiomática. Un ejemplo lo encontramos en el escritor escolástico que razonaba contra Galileo de la siguiente manera: «Las creaturas que se mueven tienen miembros y músculos; la tierra no tiene ni miembros ni músculos. Luego no se mueve. Saturno, Júpiter, el sol, etc., son puestos en circulación por los ángeles; por lo tanto, para que la tierra circulase debería tener un ángel en su centro, y como en el centro de la tierra no hay más que demonios, tendría que ser un demonio quien prestara a la tierra su movimiento».

Por otra parte, en la elaboración de su ciencia los griegos fueron llevados a formulaciones teóricas cuya fecundidad se puso de manifiesto en la modernidad. Citemos algunas de ellas.

Los griegos fueron los creadores del conocimiento deductivo. En efecto crearon las matemáticas como un sistema de conocimiento deductivo en lugar de una técnica para medir y contar. Por otra parte definieron como objeto de la reflexión filosófica la investigación de la naturaleza del conocimiento humano y, sobre todo, buscaron una explicación de los fenómenos naturales independientemente de los mitos y la magia. Consideraron que ciertos saberes se podían desarrollar sistemáticamente como cuerpos coherentes de conocimiento: la matemática, la astronomía como algo diferente de la astrología, la anatomía y la fisiología como algo nuevo frente a la medicina práctica; la botánica como algo diferente a la «farmacia» y a la agricultura.

Los presocráticos, de manera especial los pitagóricos, desarrollaron fecundos conocimientos geométricos y refinadas técnicas de cálculo. A Platón se le debe el proyecto de geometrización de la materia y del espacio; la exigencia de salvar los «fenómenos» mediante modelos abstractos; el desprecio por las evidencias inmediatas en nombre de un idealismo matemático; la decisión de someter el confuso mundo de los fenómenos al concepto de ley racional, convirtiendo esta decisión en el principio universal del orden y de la armonía.

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No es exagerada la afirmación según la cual, el saber de los modernos se deriva del nexo establecido por Platón entre Physis (naturaleza) y Nomos (ley). Kepler, Galileo y Newton, entre otros, reconocieron explícitamente su deuda con el platonismo. No se puede, tampoco, pasar por alto, cómo simultáneamente con la visión cualitativa del mundo, en Grecia se hizo presente, con Leucipo y Demócrito, la posibilidad de pensar matemáticamente a la naturaleza: ellos renunciaron a pensar los fenómenos como efectos de una intencionalidad; establecieron la distinción entre impresiones subjetivas y mundo objetivo; redujeron la experiencia variable de lo real a datos homogéneos; recurrieron a modelos explicativos de carácter mecánico para explicar la estructura de la materia y sus distintos comportamientos. Los atomistas fueron los primeros en «deshumanizar» el cosmos, al suprimir todo índice de subjetividad en la explicación de la naturaleza.

Se debe recordar, igualmente, cómo el intento de los atomistas de descomponer mentalmente los mecanismos naturales para reconstruirlos según hipótesis y de excluir dioses y fuerzas ocultas, fue vivido como liberación del miedo a lo desconocido y como el alcance de una sensación de seguridad y felicidad, tal como lo vivirán un buen número de pensadores en los siglos XVIII y XIX. Mencionemos, por ejemplo, un texto de Epicuro:

«No es posible disolver los temores nacidos con respecto a lo que es más importante, ignorando lo que es la naturaleza del universo, sino viviendo en sospechoso temor por los mitos. No es posible, pues, sin el estudio de la naturaleza, tener alegrías puras» (Máximas, Cap. XII).

En relación con el método experimental y la tecnología, se encuentran también elementos valiosos entre los griegos, los cuales jugaron su papel en la creación de la ciencia moderna.

En Arquímedes se da una acentuada convergencia entre técnica, experiencia y ciencia matemática, que lo colocó en los umbrales del método experimental moderno. No hay duda que el redescubrimiento de Arquímedes posibilitó el nacimiento de la mecánica y del cálculo infinitesimal.

El método experimental no le fue totalmente desconocido a Aristóteles. Recuérdese, por ejemplo, su trabajo investigativo en morfología y fisiología de los animales. Es cierto que el método experimental moderno se caracteriza por proceder con hipótesis que se modifican y corrigen a medida que se obtienen los datos experimentales, mientras que en Aristóteles la hipótesis «presupone» el resultado. Sin embargo, no se puede olvidar que el filósofo griego buscó siempre documentar en los datos de la experiencia, la imagen de una realidad en la cual la belleza, la finalidad y el orden, convergen armónicamente en un todo orgánico.

Hechas las observaciones anteriores surge una pregunta:

¿Por qué los griegos, creadores de las matemáticas y de la geometría, no las utilizaron para una cuantificación de las relaciones entre los fenómenos? ¿Cómo lo explicarías?

Se discute, aún hoy en día, sobre este interrogante. Sin embargo, es indudable que una de las causas fue su contexto social en el cual se daba una separación radical entre teoría y praxis, entre mente y manos, entre «episteme» y «tekhné», entre el «ciudadano libre» llamado a la contemplación y al ejercicio de la política y el «hombre no libre» llamado a resolver con su trabajo manual las urgencias inmediatas de la vida de los ciudadanos: pan, techo y vestido.

Añadamos otra causa: la aplicación platónica del cálculo -«ciencia de lo sublime»- sólo a la sublimidad de los astros, entendidos como entes ideales. Geometría, astronomía, la música y sus procedimientos técnicos, fueron considerados como ciencias especulativas, ejercicios del pensamiento «dialéctico», destinados a iniciar al alma en el conocimiento de las ideas supremas y no como instrumentos para transformar el mundo, para hacer cuentas, para trazar una ciudad, para construir un templo… Estamos en los orígenes de la ciencia occidental. Por consiguiente, no nos podemos maravillar ante sus vacíos y limitaciones.

cualitativa

Nos encontramos a principios del siglo XXI. ¿No te sorprendes ante tanta gente que madruga para leer el horóscopo en el periódico, porque cree más en la astrología que en la astronomía? ¿Qué opinarías acerca de esto?

Actividad  FC Tema 4
Habla con tus compañeros de escuela, de trabajo o vecinos y plantea la siguiente pregunta: a) ¿Cómo puedes saber que es verdad lo que conoces? Reporta las respuestas (Al menos tres). b) ¿Alguna persona te habló de recurrir a una fuente de verificación, como por ejemplo: buscar la opinión de un especialista, leer un libro, experimentar, observar con atención, etc…? c) Explica de qué manera se relacionan esas respuestas con lo que plantean Poincaré y Ullmo. d) Cómo puedes explicar con tus propias palabras el hecho de que en la Antigüedad se dio una representación cualitativa de la realidad y reflexiona si de esa modo (explicación cualitativa) era la realidad en sí misma. Entregar esta actividad por escrito en archivo de word.

 Éxito:

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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Filosofía de la ciencia: Contexto familiar y científico enero 30, 2014

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El Contexto Familiar y el Científico[1]

Objetivos:

Con este tema se pretende que el alumno compare y distinga el conocimiento cotidiano y familiar del científico y especializado. También que descubra que ambos son importantes, pero que cada uno tiene un tiempo y un lugar diferentes.

Arthur Stanley Eddington, nació en Kendal, Inglaterra en 1882. Murió en 1944. Fue un brillante matemático, físico y astrónomo. Estudio las estrellas y su composición. En 1919 viajó a Brasil para observar las estrellas durante un eclipse de sol. La lectura que sigue fue escrita por Eddington. Es una narración donde él nos habla de cómo algunas cosas nos resultan tan familiares que creemos que no despiertan ninguna pregunta, pero que al analizarlas con cuidado, nos revelan cientos de problemas que tienen que ver con la menera en que conocemos.

Atención: Eddingthon nos previene de engañarnos creyendo que son los aparatos los que hacen la ciencia, pero no, somos nosotros y nuestra actitud los científicos.

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Lectura Complementaria No. 1

Mundo familiar y mundo científico: Arthur Eddington[2]

«Como ser consciente, me encuentro ligado a una historia. La parte sensible de mi conciencia me narra una historia de un mundo que me rodea. Esta historia habla de objetos familiares. Habla de los colores, de los sonidos, de los olores que le son propios; del espacio ilimitado en que están sumergidos y del tiempo que, en su curso incesante, produce cambios e incidentes. Me habla de una vida distinta de la mía, la cual sólo se ocupa de sus propios asuntos.

Como científico, he aprendido a desconfiar de esa historia. En muchos casos ha resultado que las cosas no son lo que parecen ser. Si creo lo que el narrador me dice sobre las cosas, en este momento tengo ante mí una mesa sólida; pero la física me ha enseñado que esta mesa no es exactamente la sustancia continua que la historia supone, sino una multitud de pequeñas cargas eléctricas lanzadas en todos sentidos con una velocidad inimaginable. En lugar de ser una sustancia sólida, mi mesa se parece más bien a un enjambre de mosquitos.

De este modo he llegado a darme cuenta de que no puedo conceder gran confianza al narrador que se alberga en mi conciencia. Por otra parte, no convendría desatenderlo por completo, ya que su historia tiene generalmente un fundamento de verdad, sobre todo cuando se trata de anécdotas que me conciernen íntimamente. Porque yo también formo parte de esa historia, y si no desempeño mi papel junto con los demás actores, tanto peor para mí. Por ejemplo, de repente aparece en la historia un automóvil y se precipita a toda marcha sobre el actor que se identifica conmigo mismo. En cuanto científico, critico muchos detalles referidos por el narrador -el aspecto sólido, el color, el tamaño rápidamente creciente de este objeto que se aproxima-, pero acepto su recomendación de que lo más prudente es apartarme del camino.

Tengo en mi biblioteca tratados voluminosos que me cuentan una historia diferente acerca del mundo que me rodea. La llamamos la historia científica. Lo primero que debemos hacer es tratar de comprender las relaciones que existen entre la historia familiar y la historia científica de lo que nos rodea.

Hubo un tiempo en que estas dos versiones no presentaban diferencias profundas. El científico aceptaba la historia familiar en sus rasgos esenciales, limitándose a corregir algún que otro hecho y a perfeccionar algunos detalles. Más tarde, empero, la historia familiar y la historia científica han ido discrepando de manera cada vez más profunda, hasta el punto de que se hace difícil reconocer si tenían puntos comunes. No contenta con trastornar nuestras ideas sobre las sustancias materiales, la física nos ha hecho jugadas desconcertantes acerca de nuestras concepciones de espacio y tiempo. Incluso la causalidad ha experimentado transformaciones. La física trata de presentar deliberadamente, una nueva versión de la historia que nos ofrece nuestra experiencia, desde sus más remotos orígenes, rechazando la historia familiar por estar asentada sobre fundamentos demasiados inestables.

Mas, pese a nuestros esfuerzos por comenzar bien, desechando las interpretaciones instintivas o tradicionales de la experiencia y aceptando sólo el conocimiento que puede ser deducido por métodos estrictamente científicos, no podemos romper del todo con el narrador familiar. Sentamos el principio de que siempre hay que desconfiar de él, pero no podemos prescindir de él en la ciencia. Quiero decir lo siguiente: montamos un delicado experimento físico con galvanómetros, micrómetros, etc., especialmente seleccionados para eliminar la falibilidad de las percepciones humanas; pero, en definitiva, tenemos que recurrir a nuestras percepciones para que nos den el resultado del experimento. Aún en el caso de un aparato registrador, hemos de utilizar nuestros sentidos para descifrar el registro. Así, una vez puesto en marcha el experimento, nos dirigimos a nuestro narrador familiar y le decimos: «ahora sitúa esto en tu historia». Quizá estaba diciéndonos que la luna tiene sensiblemente las dimensiones de un plato, o cualquier otra cosa igualmente burda y anticientífica; al interrumpirle, se detiene y nos informa que hay una señal luminosa que coincide con la división 53 de la escala de nuestro galvanómetro. Y ahora ya le creemos -más o menos-. Sea de ello que fuere, tomamos este dato como base de nuestras conclusiones científicas. Si realmente queremos comenzar por el principio, debemos averiguar por qué tenemos confianza en las informaciones del narrador cuando se refieren a los galvanómetros, a pesar de la desconfianza que nos inspira por lo general. Porque es posible que su fértil imaginación sea muy capaz de «embaucar», incluso con ocasión de un galvanómetro».

Actividad FC 4.1.
Teniendo en cuenta lo que acabas de leer, analiza tus actividades cotidianas y responde las siguientes cuestiones:
a) A veces tú o las personas que te rodean, emplean explicaciones espontáneas y otras veces utilizan explicaciones científicas. En qué se distingue la explicación espontánea de la científica.
b) ¿Por qué a veces nos conformamos con la explicación espontánea y por qué otras veces buscamos una explicación fundamentada y científica? Incluir ejemplos de algún trabajo.
b) ¿En qué ocasiones requieres de una descripción científica? Incluir ejemplos de algún trabajo.
Responde por escrito y entrega tus respuestas.

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2.2 Consecuencias teóricas y prácticas

La definición de ciencia que hemos dado tiene consecuencias muy importantes. Señalemos sólo las siguientes:

1a. Una teoría científica es una construcción humana y no algo impuesto por la realidad. Por otra parte, el objeto real no es el objeto del conocimiento. Este se construye a partir de una teoría que lo observa, lo determina y describe sus formas de comportamiento. El objeto es contemplado desde el punto de vista lógico-racional y también desde el punto de vista práctico-instrumental. El instrumento, construido según unos supuestos teóricos, determina el modo de abordaje del objeto, elige la perspectiva de la observación, acota el objeto hasta encontrar en él lo que se ha formulado desde el punto de vista teórico, tanto al nivel de los axiomas o postulados como a nivel de las hipótesis y de los procedimientos de indagación y corroboración.

2a. Siendo una construcción humana, una teoría puede ser reemplazada por otra que se considera mejor, porque:

– Permite explicar un mayor número de relaciones entre un mayor número de fenómenos.

– Porque las explica de una forma más simple y exacta.

– Porque permite prever el encuentro de nuevos fenómenos y de nuevas relaciones entre fenómenos;

– Porque ofrece una visión más armónica y acabada del universo.

– Porque tiene consecuencias prácticas más importantes.

Es muy importante tener presente que la ciencia no es una representación completa de la realidad y siempre está en un proceso dinámico de reformulación y mejora de sus ideas.

3a. Por consiguiente, una teoría es sólo la explicación provisional de las relaciones posibles entre un conjunto de fenómenos: ella puede ser reemplazada por otra porque abraza más fenómenos, es más sencilla, más armónica, con resultados concretos más ricos. Una teoría (la relatividad de Einstein) reemplaza a otra (la física de Newton), porque da cuenta mejor del pasado, pero sobre todo porque abre horizontes de porvenir para bien o para mal (utilización de la energía atómica en medicina o creación de la bomba atómica).

4a. De acuerdo con lo anterior, el principio de la ciencia no es el simple registro de hechos y datos observados, ni las generalizaciones empíricas. Son las preguntas que se formula el científico a raíz de una observación casual, jugando con una determinada representación de la realidad y con un método que le permite dar respuestas a sus preguntas.

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5a. Por otra parte, la verdad de una teoría no radica en que lo afirmado corresponda a lo que es la realidad en sí misma. La verdad científica dice relación a la capacidad, bondad y utilidad de una teoría para explicar lo que se quiere explicar. El Sistema del Universo de Newton, que consideraba que el tiempo y el espacio eran absolutos, no es falso porque después haya aparecido la teoría de la relatividad de Einstein que partió de una representación de la realidad según la cual, espacio y tiempo, son relativos. O, para citar un ejemplo más simple, conocido por todos: el hombre puede ver el mundo como definido por tres dimensiones (geometría de Euclides) o por cuatro o más dimensiones (geometrías actuales). Son puntos de vista, representaciones que se han hecho los científicos para explicar los fenómenos que ellos han querido explicar. ¿Cuántas dimensiones tiene la realidad en sí misma? ¡No lo sabemos! Si yo quiero explicar los fenómenos que explicó Newton, yo puedo seguir utilizando a Newton; pero si yo quiero explicar no sólo los fenómenos que explicó Newton sino también muchos otros y de una manera más simple, recurro a la representación que se hizo Einstein. El marino, por ejemplo, sigue utilizando en buena parte el sistema de Ptolomeo, pues dicho sistema le es suficiente para orientarse en el mar.

6a. Todo lo anterior tiene gran importancia para todos nosostros: Si el conocimiento científico es un proceso de creación permanente, que se logra por medio de un trabajo constructivo, en continua confrontación con otros, y con los propios procesos de la realidad, la práctica investigativa da lugar a una crítica y a una rectificación permanentes y sólo le atribuye a una teoría el carácter de «ficción». Es decir, que la teoría es el proceso y el resultado de una racionalidad que no desconoce sus propias posibilidades cognoscitivas, pero que reconoce humildemente el sentido dramático de la búsqueda del conocimiento.

Lo anterior significa que debemos ser conscientes de que, cuando «conocemos», siempre estamos interpretando. A su vez, esto significa que tenemos que reivindicar el derecho al error (punto de emergencia de nuevos conocimientos), superar los obstáculos epistemológicos, relativizar lo normativo del «método», y lo absoluto del saber legitimado como válido para siempre. En definitiva, introducir la variable histórica como elemento interno al propio desarrollo de la ciencia, siempre abierto al cambio y a la intervención creadora de los sujetos que investigan.

Deténgase un momento y reflexione sobre el siguiente texto de Gastón Bachelard: «Esta concepción de la ciencia se comprende cuando uno se ha comprometido vigorosamente con ella, cuando se ama la tensión del estudio, cuando se ha reconocido que ella es un modelo de progreso espiritual y que nos permite ser un actor de un gran destino humano cualquiera sea el lugar en que la modestia de la investigación científica nos sitúe». (El compromiso racionalista, p. 43.)

Si la ciencia es una creación humana, ¿tiene la sociedad derecho a pedirle al científico elaborar representaciones que le permitan al hombre ser, cada día, más hombre y que el mundo sea cada vez más humano? ¿Tiene la sociedad derecho a exigirle al científico representaciones que no incluyan peligros de destrucción de un individuo en particular (experimentos médicos), o de la misma especie humana (bomba atómica), o que pongan en peligro el medio ambiente que hace posible la vida (catástrofe ecológica)?

Y si la ciencia es una creación humana, ¿se consideran excluidos de participar de esta creación? ¡Los llamados genios se cuentan en los dedos de la mano! Ustedes pueden ser creadores de ciencia si dominan los métodos científicos y si, de manera especial, poseen el espíritu científico, un espíritu que implica voluntad de «verdad», amor al saber, paciencia, rigor, valorización del riesgo y la aventura, capacidad de crítica y autocrítica, estimación de sí mismo y, sobre todo, responsabilidad y compromiso con su realidad social. Ustedes consumen diariamente no sólo pan, sino también metales, electricidad, papel, ciencia, tecnología… ¿No creen que para tener el derecho de participar en lo que los otros han producido, ustedes tienen la obligación de enriquecer con su creatividad el capital de conocimientos y de bienes de su sociedad? Ustedes sólo lo podrán hacer capacitándose para crear. No pueden contentarse con aprender una serie de conocimientos y de tecnologías que les permitan ganarse un determinado salario. Están llamados como hombres, no sólo a gozar de lo que su sociedad ha creado, sino a enriquecer a su sociedad y a enriquecerse a sí mismos pensando en contra del pasado y pensando en un futuro que les permita a ustedes y a su sociedad ser más y mejores.

Actividad FC 4.2.
Teniendo en cuenta lo anterior, por qué no tratas de escribir una página sobre la siguiente afirmación:
«Los problemas no tienen solución sino historia». ¿Qué entiendes por esto? ¿Estás de acuerdo en ello?

 


[1] HERRERA D., Teoría social de la ciencia y la tecnología, UNAD, Bogotá, 1998. Capítulo1, La ciencia, pp. 5-46.

[2] EDDINGTON A., Nouveaux Sentiers de la Science, Hermann, París, 1936, pp. 1-4.

Entregar las actividades por correo en un solo documento de Word, como archivo adjunto, con los datos que identifiquen al alumno.

Éxito:

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com

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La ciencia como hecho social enero 22, 2014

Posted by recaredus in Ciencia y Filosofía, Crítica de la ciencia, Curso, Materiales.
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1. La ciencia es un hecho social

Con la aparición de las capacidades exclusivamente humanas de pensamiento, lenguaje y construcción de herramientas, el desarrollo evolutivo del hombre tomó un nuevo rumbo: el hombre dejó de ser una realidad simplemente biológica y se convirtió en un ser social.

Ustedes conocen, por sus estudios en bachillerato, algunos de los inventos definitivos que permitieron que la vida humana se distinguiera de la vida de los animales: el uso del fuego, el control de los animales domésticos, el invento de la rueda, la creación de armas, la alfarería, la agricultura, la fundición de metales… Estos primitivos cambios «científicos» y «tecnológicos» permitieron, como se ha dicho, pasar de la vida biológica a la vida social, a una manera determinada de vivir y de relacionarse unos hombres con los otros. A medida que el hombre ha realizado nuevos inventos y han sido retenidos por las nuevas generaciones la vida social, las relaciones entre los hombres y el entorno humano se han ido transformando y continúan transformándose. Recuerden sus estudios: los cazadores se volvieron pastores y criadores de ganado; intencionalmente se comenzaron a cultivar ciertas yerbas y frutas como alimentos y, de esta manera, algunos se convirtieron en granjeros. Las sociedades fueron tomando forma y con ella surgió una división del trabajo.

Nuestro ser social dio origen a las comunidades humanas. Ahora bien, cada comunidad fue creando un «saber» a través del cual sus miembros explicaron y comprendieron su mundo, cómo se debía vivir en él y cuáles serían aquellos aspectos que deberían ser transformados. Todo esto exigió un esfuerzo por comprender, predecir y controlar la naturaleza.

La comunidad no solo produce este saber sino que lo transmite mediante diversos tipos de educación.

A través de la educación la sociedad moldea a su imagen, las nuevas generaciones al recrear en ellas sus modos de pensar, de sentir, de actuar y de proyectarse hacia el futuro. Las ideas, valores, sentimientos, tradiciones y horizontes de futuro que definen a una sociedad, definen simultáneamente al ser social, es decir, al ideal humano que se puede proponer una sociedad. La educación, en la medida que tenga en cuenta este ideal, está llamada a garantizar a la sociedad su cohesión, continuidad y desarrollo, es decir, su unidad, identidad y madurez en el espacio y en el tiempo.

Biológicamente se nace como individuo con un sinnúmero de potencialidades predeterminadas por la especie humana. Pero estas potencialidades sólo se pueden desarrollar en un tiempo y en un espacio cultural y socialmente determinado. De esta forma, el hombre es el resultado de los procesos históricos que en cada época han organizado el pensamiento y las prácticas efectivas operadas por los hombres en su cotidianeidad.

El hombre es fundamentalmente lo que hace, un hacer que está impregnado de la racionalidad propia de la organización social de la cual hace parte. De aquí, entre otras cosas, que las razones y los fundamentos de su pensar y de su práctica cotidiana no siempre le resultan conscientes.

El Robinson Crusoe, es decir, el hombre independiente, autosuficiente y libre, es una ilusión. El hombre es y sólo puede serlo dentro de un contexto social determinado.

Actividad FC 3.1:
Escribe una breve historia donde narres cómo sería un día sin que tú cuentes con aquellas cosas que disfrutamos gracias a la ciencia y la tecnología.
(Recuerda que el personaje eres tú mismo y debes referirte a tus propias actividades cotidianas)
El cuento deberás entregarlo junto con las demás actividades de la presente sesión en un documento de word.
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El hombre concreto, cada uno de ustedes, repitámoslo, es el resultado de un proceso histórico, de una estructura social que el pensamiento (el «saber») y las prácticas de la vida cotidiana han organizado en esta época que les ha tocado vivir. Ustedes, en concreto, actúan a diario en su medio, ejercen una influencia sobre él. Sin embargo, el medio influye sobre ustedes y ustedes se relaciona con otros hombres que también actúan sobre el medio, pero sobre los cuales también el medio actúa. Estas relaciones producen una forma social de pensamiento. El pensamiento organiza el modo de relacionarse socialmente y determina sus líneas de acción. Hagamos un poco de historia…

El hombre de la Grecia clásica, que está en los orígenes de nuestra civilización occidental, se representó a sí mismo como un ser integrado en un cosmos legal y armónico, regido por la razón. Encontró su dignidad en el hecho de ser racional, es decir, de poder fundamentar lo que decía y de ser libre, además de poder intervenir y decidir en los asuntos de su ciudad (Polis) pues, en definitiva, eran sus propios asuntos. A causa de esto se le definió como animal racional y, al mismo tiempo, como animal político.

La estructura social de Grecia asignaba a cada hombre un lugar. Se era esclavo, agricultor, artesano, militar, gobernante, filósofo… Para ocupar su puesto, cada miembro de la comunidad recibía una educación especial que desarrollaba las potencialidades que se poseían. De esta manera la educación era el fundamento y la garantía de las prácticas sociales.

Con la decadencia del mundo griego y con la aparición del cristianismo se dio una nueva concepción del mundo. Todo se explicaba a partir de Dios (Teocentrismo) y el objetivo fundamental de la existencia humana se colocó en la salvación del alma.

De acuerdo con la estructura social, la educación se orientó a que cada «estamento» (clase social) ocupara el puesto que le correspondía en una visión jerárquica de la sociedad. El predicador, el santo, el caballero de las cruzadas, los señores feudales, los siervos, los doctos universitarios, recibieron una educación de acuerdo a su estamento.

A fines de la Edad Media y durante el Renacimiento, surgieron las ciudades y las universidades. Una nueva clase social apareció: la burguesía. Cuando el eje de la vida social se desplazó del campo al «burgo» (la ciudad), los habitantes se fueron haciendo más fuertes gracias a sus nuevas prácticas sociales. La base de la riqueza fue entonces el comercio y la industria. Los burgueses necesitaron instruirse en conocimientos y artes ignoradas o desdeñadas por la sociedad medieval: matemática, administración, modalidades productivas, dominio y explotación de la naturaleza. La adquisición de estos conocimientos dio origen a preocupaciones políticas y obligó a una redefinición de los grupos sociales. La educación posibilitó una nueva mirada hacia el hombre, el mundo y la naturaleza. El conocimiento se dirigió fundamentalmente a la acción. El hombre dejó de ser simplemente la primera «figura» del universo para convertirse en un ser esencialmente «operativo»; la naturaleza dejó de ser objeto de «contemplación» para convertirse en «materia prima» del poder creativo del hombre; en fin, el conocimiento sé dirigió a la acción, pues conocer se hizo sinónimo de poder.

Así, la sociedad dio cuenta de la necesidad de una educación no especulativa y contemplativa, sino formadora de hombres capaces de crear un mundo a su imagen y semejanza a través de la astronomía, la física, la óptica y la mecánica.

La Edad moderna asumió este desafío. Los hombres se dedicaron a buscar el instrumento que les permitiría enseñorearse sobre la naturaleza, arrancarle sus secretos, sus regularidades, sus leyes, para ponerla a su servicio, para mejorar la calidad de la «vida terrestre» de la humanidad. Se hizo entonces patente la necesidad de una educación metódicamente organizada para formar sujetos útiles y productivos para la sociedad. Dentro de esta perspectiva surgió y se desarrolló la Universidad.

Las realizaciones de un Leonardo da Vinci y de Galileo, son un ejemplo de la relación entre la ciencia y los intereses económicos, sociales y políticos. Sus invenciones y descubrimientos ampliaron los límites del conocimiento de la época, pero también beneficiaron a los grandes señores de las ciudades italianas (Milán, Florencia, Venecia) que se dedicaban al comercio y a la banca. Fue por esto que, capitalistas y mercaderes; se manifestaron abiertamente partidarios de las nuevas investigaciones científicas, capaces de producir resultados que mulplicarían sus ganancias.

Para desarrollar con originalidad un nuevo campo de conocimientos, Galileo y sus contemporáneos no se contentaron con la educación que les brindaba la Universidad. Galileo reconoce que su experiencia investigativa tuvo lugar en un trabajo conjunto con los «no doctos».

La colaboración del óptico y pulidor de lentes que participó en la creación del telescopio, como el contacto con dibujantes, constructores, instrumentalistas, le señalaron nuevos caminos para la investigación. Estos curiosos de los fenómenos, estos «técnicos», comenzaban simplemente sus investigaciones sin métodos preconcebidos y sin las certezas de un fin previsto. A partir de estas observaciones Galileo reconoció otras realidades que sólo podía abordar modificando los métodos y las normas tradicionalmente admitidas. Fue así como la técnica dio paso a la tecnología y ésta comenzó a influir en la creación de las teorías científicas.

Galileo desempeñaba su práctica investigativa compartiéndola con una práctica pedagógica que suponía como requisito indispensable la adhesión, la confianza, pero también la polémica y los aportes conjuntos, que eran seriamente discutidos. Las protestas de Galileo por el tiempo que le exigían sus obligaciones docentes, son bien conocidas. Sin embargo, también es conocido su interés por la difusión de los resultados de la nueva ciencia: hasta en los mercados se llegó a hablar de la nueva astrología galileana que había permitido descubrir a Júpiter, los anillos de Saturno, las manchas solares, determinar la Vía Láctea, dar una idea de las enormes distancias que nos separan de las estrellas y ofrecer argumentos en pro del heliocentrismo de Copérnico. Esperamos que lo que ustedes han leído, hasta ahora, les sirva para comenzar a comprender cómo la ciencia, la tecnología y la educación, son hechos sociales.

La aceptación de nuevos conocimientos y de nuevas tecnologías acarrea, frecuentemente, muchas resistencias: no faltan las incomprensiones, las controversias, las persecuciones e, inclusive, las condenas; pero también las proclamas inconscientes a favor. Galileo vivió en carne propia, al ser condenado por la Inquisición, lo que significa pensar contra un pensamiento establecido.

Hemos subrayado el término «pensamiento establecido». ¿Por qué lo hemos hecho? Aquí insistiremos en que la creatividad científica requiere un espíritu científico que implica, entre otras cosas, la disposición a pensar en contra de lo que siempre se ha pensado o se está pensando. ¿Se consideran ustedes capaces de pensar en contra de lo establecido por los científicos o por personas autorizadas que conocen? Tengan en cuenta que no se trata de pensar distinto, sino de tener argumentos y razones que ofrecer para defender un punto de vista diferente.

La fe en la razón que preconizara Galileo frente al obscurantismo de su época y el afán por el preguntar que late en todo hombre que piensa, orientan siempre a nuevos interrogantes, a nuevos problemas, a nuevas respuestas. Sólo así la ciencia y la tecnología han sido posibles.

Pero, ¿Qué es la ciencia y qué es la tecnología?

2 La ciencia, una creación humana

Frecuentemente, de acuerdo con el positivismo del siglo pasado, se piensa que la ciencia es el único saber que nos dice cómo es «objetivamente» la realidad en sí misma de manera definitiva y total. ¿Acaso no son los científicos los que «descubren» y explican las leyes que rigen el universo natural y social?

Pues bien, la verdad es otra: no hay un modo de conocimiento definitivo y total. ¡La ciencia es una creación humana!

La ciencia es una representación

La ciencia es una representación (un marco teórico, una axiomática, o un esquema intelectual), creada por los llamados científicos, gracias a la cual ellos pueden:

1o. Formular preguntas sobre lo que sería la realidad y sobre la manera como se comportan e interrelacionan los fenómenos que observan a su alrededor;

2o. Definir métodos que les permiten dar una respuesta exacta y rigurosa a sus preguntas;

3o. Interpretar los resultados que obtienen al aplicar los métodos formulados.

Ustedes podrían decir que esto también lo hace un campesino. Él también se hace preguntas sobre cuándo debe sembrar, cómo debe sembrar y analiza los resultados positivos o negativos, en términos económicos, de lo que él ha sembrado. ¿En dónde está la diferencia?

El campesino es un científico en potencia guiado no por intereses teóricos sino prácticos, de ordinario de orden económico. El científico no se mueve por intereses prácticos sino teóricos, es decir, su interés radica en explicar, describir o interpretar los fenómenos. Por lo demás, es alguien que maneja un marco teórico y unos métodos que le aseguran precisión y objetividad. Finalmente, se expresa en un lenguaje abstracto, muy lejano del lenguaje que utiliza el campesino para traducir sus sensaciones y experiencias empíricas.

Por su experiencia y la experiencia de sus vecinos, el campesino sabe que se debería sembrar en una determinada semana, de acuerdo con la visión que él y ellos tienen sensorialmente de la posición de la luna. Ellos tienen, por ejemplo, la «impresión», no todos en forma igual, que de acuerdo con el impacto final, una manzana que cae desde una mayor altura emplea un mayor tiempo y llega a tierra con mayor velocidad. «Esto» ellos lo «experimentan» y cada uno formula su «opinión».

Un científico, gracias a su método, se expresará de la siguiente manera: para una manzana que cae sin resistencia, con aceleración constante g:

v=gt

donde v es la velocidad instantánea en un tiempo después de soltarla del reposo. Los términos técnicos y matemáticos no tienen de inmediato un significado obvio y exigen, por otra parte, un equipo especial para su comprobación. No le es suficiente «ver». El resultado, sin embargo, es valioso: aquí no hay lugar a «opiniones», pues nos encontramos ante una relación precisa, verificable por todos, en lugar de una opinión o proposición general.

Actividad FC 3.2.
Nos estamos refiriendo a una ley enunciada en los inicios de la ciencia moderna. ¿A qué ley nos referimos? ¿Quién la enunció?, ¿qué repercusiones tuvo dicha ley para la posterior concepción del mundo?
Investiga y entrega la respuesta por escrito.

El ejemplo que hemos mencionado le puede aclarar dos cosas:

1o. El conocimiento científico, en buena parte, es inspirado por el mundo de la experiencia cotidiana;

2o. Este conocimiento tiene la ventaja de ser preciso y objetivo, gracias a un lenguaje «especializado», fruto de un detenido análisis de la experiencia, a partir, de un método muy especial: el método experimental y matemático. Gracias a este método, el científico sintetiza a posteriori sus conocimientos en leyes y las leyes en teorías.

Son muchas las ventajas de una teoría científica: sintetiza en leyes los conocimientos ya comprobados experimentalmente; permite deducir lógicamente nuevas leyes; sugiere experimentos para confirmar estas leyes deducidas; anticipa nuevas relaciones entre fenómenos; predice la existencia de fenómenos que nos son desconocidos en nuestra experiencia, etc. A fines del siglo XX y en estos comienzos del XXI, nos están inspirando cómo «socialmente» podemos transformar el mundo y ponerlo a servicio de lo que queremos ser y de la manera como quisiéramos vivir.

A través de la comunicación de los logros científicos -tanto a la comunidad científica como, posteriormente, al cuerpo social- se logra la legitimación social de un conocimiento. Ya diremos algo sobre esto.

La formulación de una teoría nunca surge como algo extraño al contexto social. Una teoría se enuncia cuando las posibilidades de un determinado contexto histórico-cultural se lo permiten. Sobre esto también insistiremos más adelante.

Al ser la ciencia una construcción, es fácil comprender la variedad de representaciones que se han sucedido en la historia, y por qué el científico al formular sus teorías reduce y limita la realidad a lo que él quiere pensar y explicar.

Actividad FC 3.3.
Responde de manera reflexiva y argumentada la siguiente pregunta: ¿Qué impacto provoca saber que la ciencia es un hecho social y que no es el “espejo de la naturaleza”?
 
Actividad complementaria opcional:
Puedes ver la película «Náufrago» (Cast Away, 2000). Chuck Noland (Tom Hanks), un ejecutivo de la empresa multinacional de mensajería FedEx, se ve apartado de su cómoda vida y de su prometida a causa de un accidente de avión que lo deja aislado de la civilización en una remota isla tropical en medio del océano. Tras cuatro años de lucha por la supervivencia, completamente solo en la isla, Chuck aprende todas las técnicas de subsistencia mientras sufre la tortura de la soledad. La solución: arriesgar la vida adentrándose mar adentro.
 
naufrago_15_smallBibliografía: HERRERA D., Teoría social de la ciencia y la tecnología, UNAD, Bogotá, 1998. Capítulo1, La ciencia, pp. 5-46.
 

Prof. Dr. Ricardo Marcelino Rivas García

philosophica@hotmail.com